Por segundo a?o consecutivo, el Govern y el PSC han cerrado un pacto para que se aprueben los presupuestos de la Generalitat de Catalu?a. El acuerdo ha llegado este martes después de una larga negociaci?n, que se ha visto enturbiada por la par?lisis de la amnist?a en el Congreso y por las alianzas en el Ayuntamiento de Barcelona. Ahora, al president Pere Aragonès solo le queda sumar también el apoyo de los Comuns. Si lo logra, podr? aprobar sus terceras cuentas del mandato y se allanar? el camino para agotar la legislatura hasta febrero del 2025.

De nuevo, la necesidad mutua entre ERC y el PSC se ha acabado imponiendo a la rivalidad electoral entre dos partidos que aspiran a ganar las elecciones catalanas de dentro de un a?o. El motivo del pacto es que los dos se necesitan para sobrevivir: los socialistas dan ahora su apoyo a las cuentas catalanas sabiendo que podr?n contar también con los votos de ERC en el Congreso para quePedro S?nchez tenga cuentas estatales. Quid pro quo.

En las ?ltimas semanas, ya hab?a se?ales de que el acuerdo estaba a la vuelta de la esquina: el pacto por el tramo de la B-40 entre Sabadell y Terrassa, la puesta en marcha de la comisi?n de estudio del aeropuerto de El Prat y el desarrollo del traspaso de Rodalies indicaban c?mo socialistas y republicanos trataban de liquidar deudas pendientes y de no poner en 'stand by' su negociaci?n pese a las turbulencias constantes. Este s?bado, Illa ya admiti? que las conversaciones estaban "avanzadas".

?Y el Hard Rock?

Para dar su voto a los presupuestos, Illa siempre exigi? que se cumpliera punto por punto el acuerdo presupuestario del a?o pasado. De aquel pacto, solo queda un fleco pendiente, el impulso del casino Hard Rock, que est? pendiente de que la Generalitat avale su tramitaci?n. Aragonès ya se comprometi? a no paralizarlo, como quer?a el PSC. El problema es que este compromiso le complica el voto a favor del otro partido que necesita para tener cuentas, los Comuns.



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