Es el segundo intento de lo que China llama “diplomacia itinerante”: una ronda por las principales capitales involucradas en la guerra de Ucraniapara intentar detenerla. Li Hui, enviado especial para Eurasia, emprende ma?ana un periplo por Kiev, Mosc? y Bruselas al que los expertos no le conceden excesivas posibilidades de éxito. También pasar? por Francia, Alemania y Polonia en orden y fechas a?n desconocidas.

Desde Pek?n se ha promocionado durante toda la semana esta nueva oportunidad para conseguir “una soluci?n pol?tica” como otro evidencia de su rol de mediador. “En los ?ltimos dos a?os no hemos dejado de esforzarnos en promover la paz y las conversaciones”, dijo ayer la portavoz del Ministerio de Exteriores, Mao Ning. “Todo lo que hemos hecho tiene un solo objetivo, que es construir un consenso para acabar con la guerra y pavimentar el camino hacia la paz (…) Continuaremos en nuestro papel, con diplomacias itinerantes, levantando consensos y contribuyendo con la sabidur?a china”, continu?.

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Es improbable que Li lo consiga. Incluso el mediador m?s terco y diestro fracasar? si las partes est?n a?n ocupadas en zurrarse para solidificar sus pretensiones en el campo de batalla. El conflicto carece de final a la vista cuando ha entrado ya en su tercer a?o y suma decenas de miles de muertos. A Ucrania se le amontonan las malas noticias: ha perdido recientemente enclaves estratégicos como Avdiivka, apenas ha recibido un tercio de las municiones prometidas por la Uni?n Europea y teme que desfallezca el compromiso de Estados Unidos. Rusia no padece a?n el derrumbe econ?mico que hab?a pronosticado Occidente con sus sanciones gracias a sus relaciones con el sur global. Ni una ni otra han mostrado interés por sentarse a hablar.

Escenificaci?n china

Digerido el previsible fracaso, caben las especulaciones sobre las razones de la iniciativa china. La escenificaci?n de sus esfuerzos no es descartable. China recordaba esta semana que no se ha “sentado tranquilamente” y mucho menos se ha lucrado de la guerra en alusi?n poco sutil a EEUU y su suministro energético a Europa. Tampoco es inveros?mil que forme parte de su campa?a para reparar las relaciones con Bruselas que la guerra ha estropeado. El presidente chino, Xi Jinping, tiene prevista una gira por Europa y Li podr?a matizar la estrategia de Pek?n en el conflicto, opina Li Lifan, especialista en Rusia de la Academia de Ciencias Sociales de Shangh?i. Los cambios en su mediaci?n “responder?an a las quejas de los pa?ses europeos”, ha opinado en el diario hongkonés South China Morning Post.

China ha reivindicado una equidistancia que Occidente le niega. No ha condenado la invasi?n rusa pero ha reclamado el respeto a la integridad territorial ucraniana. Su plan de doce puntos presentado el pasado a?o, que exig?a un alto el fuego inmediato, fue aplaudido en Brasil y el Sur Global y desde?ado en Bruselas y Washington por no distinguir entre agresor y agredido. Esas desconfianzas ya dinamitaron el tour previo de Li por las mismas capitales.

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Fue en mayo del pasado a?o y le junt? con, entre otros, el presidente ucraniano, Volod?mir Zelensky, y el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. Li apenas pudo congratularse tras regresar a Pek?n de la “calurosa” recepci?n de las partes y de que ninguna hab?a cerrado la puerta de las negociaciones pero asumi? que la situaci?n a?n no estaba suficientemente madura para acercarlas a una mesa.



Enviado rus?filo

Li fue ungido por Xi como su hombre en el conflicto ucraniano. Muchos incidieron en su rusofilia y en la medalla a la amistad que recibi? de Vlad?mir Putin tras sus diez a?os como embajador en Mosc?. Hab?a ingresado en el Departamento de Asuntos Soviéticos y Europa del Este del Ministerio de Exteriores en 1975, cuando Mosc? y Pek?n coqueteaban con la guerra y Mao ordenaba cavar refugios nucleares. Fue nombrado viceministro de Exteriores en 2008 y enviado a la canciller?a de Mosc? un a?o después. Habla ruso fluido y lee con devoci?n a Tolstoi, Pushkin o Dostoievski. “Conoce el alma rusa”, coinciden los que han trabajado con él.



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