Recibir im?genes con contenido sexual o mensajes er?ticosno solicitados, o chats que insisten una y otra vez en quedar, o encontrarse con un clip de un v?deo porno que ni siquiera se estaba buscando son realidades demasiado comunes entre los menores en Espa?a, un pa?s en el que hasta tres de cada cuatro ni?os, ni?as y adolescentes (75,4%) se han visto envueltos en situaciones de violencia sexual a través de dispositivos electr?nicos, aunque no siempre le dan la importancia que se merece.

Esta es una de las conclusiones del estudio Violencia sexual contra la infancia y la adolescencia en el ?mbito digital, llevado a cabo por la Fundaci?n Mutua Madrile?a, con la colaboraci?n del Equipo Mujer-Menor (EMUME) central de la Guardia Civil.

Seg?n las conclusiones, que han presentado Lorenzo Cooklin, director general de la Fundaci?n Mutua Madrile?a, junto a Mar?a Dolores Gimeno, teniente coronel de la Guardia Civil y jefa del Departamento de Investigaci?n Criminal y Coordinaci?n de la Unidad Técnica de la Polic?a Judicial, hasta cuatro de cada diez menores en Espa?a han recibido im?genes con contenido sexual no solicitadas (43,2% de los casos). Esto, seg?n han explicado los portavoces, tiene pr?cticamente el doble de impacto emocional en los padres que en los hijos. Aseguran que no es que los ni?os y j?venes lo tengan normalizado pero, dentro de su burbuja, est?n acostumbrados a que a unos y a otros les haya pasado.

También hay muchos y muchas menores que han recibido mensajes insistentes para quedar o buscar una relaci?n (41,8%), han sido objeto de comentarios sexuales no solicitados (40,2%) o han accedido involuntariamente a contenidos pornogr?ficos (39,6%).

Las v?ctimas conocen a los agresores

En general, el estudio, que se ha elaborado entre los meses de febrero y mayo de 2024 con la participaci?n de 3.000 personas, muestra que los menores suelen vivir estas situaciones de violencia sexual digital entre los 13,5 y los 15 a?os. Adem?s, ellas lo suelen sufrir m?s (53%), pero la diferencia, como ha apuntado Cooklin, no es excesiva.

Donde s? existen grandes diferencias de género es en la violencia sexual sufrida: en ellas son m?s frecuentes situaciones como recibir fotos o comentarios sexuales sin haberlos solicitado, y en ellos las burlas o insultos por los contenidos publicados.

Adem?s, en la mayor?a de los casos (52,2%) el agresor es un conocido de la v?ctima y pertenece a su entorno. Puede ser un amigo, o su pareja o expareja, o un compa?ero de clase, o un familiar, pero solo en un 13,4% es un auténtico desconocido para ellos. También suelen ser hombres (52,2%) y de una edad similar a la v?ctima o algo mayores (57,6%).

Con todo, hay muchas afectadas y afectados que no se lo cuentan a sus padres (75,4%). La mitad aluden a la vergüenza, a que les falta confianza o a que sienten un temor a que les reprendan. Tres de cada diez dicen directamente que tampoco era tan grave lo que les pas? como para contarlo. Pero el problema, ha indicado Cooklin, es que "cuanto m?s tiempo tardan en cont?rselo a alguien, m?s tiempo tardan en buscar soluci?n, en denunciar y, por tanto, encontrar el apoyo en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado".

Porque unos tres de cada diez menores de edad que han sufrido alg?n tipo de violencia sexual digital necesit? tratamiento para superar la experiencia vivida. Y cuanto antes se acceda a él, menos posibilidades habr? de que haya "un desenlace irreversible", ha apuntado el director general de la Fundaci?n Mutua Madrile?a.

Recomendaciones

Por todo ello, Gimeno ha insistido en que la educaci?n digital comienza en el hogar: "La familia y la casa son un pilar fundamental. Para ello, tenemos que sentarnos con nuestros hijos e hijas. No hay que buscar que sean nuestros amigos, pero s? que es importante establecer un n?cleo de confianza suficiente y saber qué uso est?n haciendo ellos de los dispositivos", ha indicado. Todo ello, desde que se les da un m?vil, algo que se hace cada vez a una edad m?s temprana.

"Tenemos que saber qué aplicaciones est?n usando, si est?n charlando con gente, si no est?n chateando con nadie y c?mo lo hacen. Adem?s, a edades tempranas hay que establecer controles parentales tanto para evitar que puedan estar todo el tiempo que quieran utilizando el dispositivo, como para evitar que entren en p?ginas no aptas, como aquellas de apuestas deportivas", ha proseguido.

Ganarse la confianza de los menores y conocer bien c?mo funcionan las apps que usan es b?sico. También lo es, ha recordado, no borrar ninguna prueba recibida, por muy desagradable que pueda ser, y acudir de inmediato a las Fuerzas y Cuerpos de Segurida ddel Estado en el caso de conocer un problema.



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