Completamente tranquilo y sosegado, y hasta histri?nicamente balbuceante. Ajust?ndose a lo que su madre declar? ante el tribunal: "Es como un ni?o de 10 a?os". La puesta en escena de David S. O., alias El Tuvi, que compareci? este martes ante la secci?n primera de la Audiencia Provincial de València para responder del intento de homicidio de la ?nica v?ctima viva de sus estrangulamientos, una joven con la que mantuvo una relaci?n de pareja de ocho meses hasta que ella lo denunci? por maltrato, se cay? como una venda en varios momentos del juicio. La imagen infantiloide y hasta bobalicona que trat? de trasmitir qued? desvirtuada por el relato crudo realizado ante la sala por su exnovia cuando detall? lo sucedido aquel domingo 27 de septiembre de 2020 por la ma?ana.

Mar?a (nombre ficticio para preservar su anonimato) hab?a comenzado una relaci?n con David S. O. en enero de ese a?o. Hac?a mes y medio que hab?a matado, presuntamente, a su tercera v?ctima mortal, Wafaa Sebbah, de 19 a?os, y siete del asesinato de las que se presume son sus primeras dos v?ctimas: Isabell Elena Raducanu y su hija nonata de seis meses de gestaci?n.

Tras un noviazgo turbulento, lleno de vejaciones, insultos, amenazas y agresiones -est? condenado por ese maltrato desde abril de 2022-, Mar?a decidi? denunciarle y poner fin a la relaci?n. "Me insultaba y vejaba. Me dec?a que no val?a para nada, por ejemplo. También presum?a de c?mo trataba a las mujeres. ‘T? sigue vacilando, que la ?ltima chica que me vacil?, ya est? muerta’. Eso me lo ha dicho muchas veces".

El 24 de agosto, dos d?as después de ser detenido por violencia de género -tiene al menos dos sentencias firmes por machismo-, se le impuso una orden de alejamiento de Mar?a. No le hizo caso. Cruz? mensajes con ella y se vieron varias veces. El viernes, 25 de septiembre, ella acept? irse con él a su piso alquilado de Manuel, el mismo al que hab?a llevado el 17 de noviembre del a?o anterior a Wafaala tarde en que acab? mat?ndola, presuntamente.

Quer?a que retirase la denuncia

Todo fue bien hasta el domingo por la ma?ana. "Estaba de mal rollo". Una y otra vez le reiter? lo que llevaba pidiéndole dese hac?a d?as, por mensaje y en persona, que retirase la denuncia por maltrato. No era una petici?n balad?. En ese momento, lo ?ltimo que le conven?a es estar bajo la lupa judicial, ya que a?n no se le hab?an pedido explicaciones por los asesinatos de Wafaa, ni de Isabell, ni de su bebé.

Mar?a le dijo que no. "Me cogi? del cuello por delante. Me ahog?, pero no del todo. Me solt? y vomité all? mismo. Me dijo que bebiera agua y se me pas?. Mientras lo hac?a me segu?a diciendo todo el rato que quitara la denuncia".

Ese primer episodio ya fue al lado de la puerta. Visto c?mo se hab?an puesto las cosas y temiendo una reacci?n violenta de David S. O., Mar?a empez? a recoger su ropa para irse, pero el primer estrangulamiento se lo impidi?. "Yo me asusté y empecé a chillar, porque me quer?a ir. Cuando empecé a gritar es cuando me cogi? por segunda vez". ?l lo admite, pero dice que presion? «poco, suave» y poco tiempo "porque no ten?a intenci?n de matarla".

Mar?a lo cuenta de otra manera. "Me cogi? desde atr?s y empez? a apretarme". Gestualiza c?mo la lengua se le sal?a y no pod?a respirar. Se respira su angustia, aunque declara tras un biombo para evitar cruzar la mirada con su maltratador. "Me pisaba los pies y no pod?a moverme. Empecé a echar espuma por la boca y ah? ya pensé que me iba a matar". Su voz se quiebra. "Solo pod?a mover las manos. Sigui? apretando". Se desmay?. Cuando se despert?, confusa y aturdida, le escuch? decirle: "Lev?ntate que vamos a ir a la ducha".

Esputos de sangre tras los "momentos agonizantes"

"Yo ten?a angustia. Me senté en el sof?. Ten?a como mucho sue?o. Ten?a la sensaci?n de que me dorm?a, de que me quedaba vencida. Ya hab?a vomitado antes, pero en el sof? me dieron ganas de nuevo. ?l me dijo ‘vamos, que te llevo a casa’. No recuerdo c?mo llegué a mi casa. Me acosté y cuando me levanté. Estaba muy confusa".

A los dos d?as, segu?a sin poder tragar. Fue a su médica de cabecera. Le cont? una mentira: "Que ten?a anginas". No sirvi?, la facultativa detect? la mentira.*

Dos médicos forenses detallaron ayer las lesiones y explicaron que sufri? simult?neamente dos mecanismos de asfixia: sangu?neo y respiratorio. Y que estuvo a punto de morir: "Los esputos de sangre se producen por las microhemorragias alveolares al tratar de respirar en momentos agonizantes".*

El relato de la joven casa con lo que afirman la fiscal y la acusaci?n particular que ejerce el penalista Juan Carlos Navarro, que s? estuvo a punto de matarla. Por las dos llamadas de Mar?a a la abuela de su hija, a la que deb?a haber recogido aquella ma?ana, se sabe que, tras el segundo estrangulamiento, permaneci? inconsciente unos 20 minutos. Y que su agresor no busc? ayuda médica, no le prest? auxilio ni la llev? a un hospital.

"Distingu?a entre el bien y el mal"

Su estrategia de defensa, la misma que plantea en los casos de Wafaay de Isabell, es que no sabe lo que hace porque tiene sus capacidades de voluntad y conocimiento alteradas por un accidente de tr?fico sufrido en 2015. Ayer, a preguntas de Navarro, tanto él como su madre admitieron que no precis? medicaci?n ni visitas al psiquiatra hasta 2020. Justo cuando Mar?a le denunci?. "Hasta que la conoci?, a él le iba bien", lleg? a decir su madre al tribunal, obviando que cuando conoci? a esa joven, Wafaae Isabell ya hab?an sido asesinadas.

Dos informes refrendaban esa supuesta afectaci?n mental. Uno, elaborado por un psiquiatra a petici?n de la madre el 3 de marzo de 2021, seis d?as después de que fuese citado en el grupo de Homicidios de la Polic?a Nacional de València porque su ADN estaba en el cad?ver de Isabell (es la primera vez que alguien le interrogaba en relaci?n con alguno de los cr?menes), y otro de una médica forense que lo hab?a examinado en el marco de la causa judicial por el intento de homicidio de Mar?a.*

El primero no compareci? ayer porque no estaba citado en esta causa por la defensa, y la segunda corrigi? ayer, en la vista, parcialmente su informe. Aclar? que en su anterior valoraci?n se hab?a equivocado y que las posibles secuelas de aquel accidente "pod?an haberle afectado parcialmente a la voluntad, es decir, pod?a haber cierto impedimento para controlar sus impulsos, pero no a su capacidad cognitiva: distingu?a entre lo que estaba bien y lo que estaba mal".

«Me estaba gritando en mi propia casa»

El acusado, que fue el primero en declarar, trat? de esquivar las acusaciones y lleg? a esgrimir que estrangul? a Mar?a para frenarla. "Me dio cuatro o cinco manotazos". "Le hice un ‘matale?n’, pero sin intenci?n de matar, ?eh? No le hice nada", explic? con tono mon?tono. El abogado de Mar?a consigui? que elevase el tono acorral?ndolo a preguntas y evidenciando sus contradicciones. Al final, salt?. "Me estaba gritando en mi propia casa, qué ten?a que hacer. Me estaba pegando". Y remata que lo hizo porque "me negué a darle m?s dinero". Curiosamente, el mismo argumento usado en el caso de Wafaa, a la que dijo haber estrangulado por detr?s cuando ella le peg? porque se neg? a darle m?s dinero.

Al*acabar el juicio, hizo uso de su derecho a la ?ltima palabra. Y volvi? con el dinero: "Quiero matizar que c?mo es posible que esta se?orita (en referencia a la v?ctima) no haya respondido al favor que le he tenido que hacer yo porque el dinero que le ten?a que prestar". El magistrado le mir? sorprendido y le espet?: "Pero, ?tiene algo m?s que decir?". "S?", respondi?, "y que no ten?a intenci?n de matarla en ning?n momento, Han sido unas lesiones leves". El Tuvi, que ayer se neg? a llegar a un acuerdo con las acusaciones, se juega ahora los 17 a?os y medio de c?rcel que le piden por estos hechos. "Visto para sentencia" cerr? el presidente del tribunal.



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