?Se derrumbar? por fin el mito de la eficiencia alemana en esta Eurocopa? Y, de ser as?, ?levantar? de todos modos cabeza, con orgullo, el pa?s anfitri?n, gracias a la Mannschaft capitaneada por Ilkay Gündogan?

Muchos alemanes sacuden la cabeza ante la "sorpresa" expresada estos d?as desde medios extranjeros, especialmente brit?nicos o The New York Times, ante los déficits infraestructurales de la potencia econ?mica europea. Que la compa??a ferroviaria nacional, la Deutsche Bahn, acumula récords de impuntualidad es reconocido por la propia empresa. Uno de cada tres trenes de larga distancia lleg? tarde o no lleg? el a?o pasado -y empieza a computarse como retraso a partir de diez minutos de demora, no a los tres, como en Suiza-. Su red de autopistas, con 13.193 kil?metros entre las m?s largas del mundo, es un enjambre de atascos y obras que desespera a quienes se frotaban las manos porque en Alemania no hay l?mite de velocidad. Y conectarse por wifi es m?s complicado que en otros pa?ses vecinos, puesto que o no funciona o lo hace precariamente. Tampoco en cualquier comercio o bar, ni siquiera en Berl?n, se puede pagar con tarjetas, sino que en muchos se exhibe casi provocadoramente el cartel de "only cash", adem?s de advertirse de la inexistencia del w-lan -o wifi-.

Quienes viven en Alemania conocen de sobra esos déficits, admitidos por sucesivos gobiernos. Desde tiempos de la conservadora Angela Merkel al actual canciller socialdem?crata Olaf Scholz se viene hablando de activar una "digital Agenda" para poner al d?a la digitalizaci?n de un pa?s con unos 84 millones de habitantes. También se reconocen necesitada de renovaci?n la red ferroviaria. Pero el dogma alem?n de la austeridad se impone sobre la inversi?n.

Tapones

No se ha llegado a tiempo para subsanar las asignaturas pendientes en esta Eurocopa, donde a los dos millones de visitantes en los estadios se suman los doce millones m?s de las zonas de aficionados. Se han visto tapones descomunales de hinchas ingleses esperando durante horas a tranv?as o autobuses ante el estadio de Gelsenkirchen. El mal servicio no es un problema exclusivo de la Deutsche Bahn, sino también del transporte urbano en grandes n?cleos o en la cuenca del Ruhr renana. Es m?s que un lampar?n para los organizadores. Un transporte p?blico eficiente y v?as de evacuaci?n es pieza fundamental para la seguridad ante situaciones de alarma o p?nico.

Las quejas alcanzaron al director de organizaci?n de la Eurocopa, el capit?n de la selecci?n que levant? la Copa del Mundo en 2014, Philipp Lahm. "Hemos negligido la necesidad de trabajar en nuestras infraestructuras durante décadas", reconoc?a avergonzado estos d?as. "Entendemos las cr?ticas de los aficionados. No les estamos ofreciendo la calidad que merecen", respondi? el jefe de Deutsche Bahn, Michael Peterson.

No son problemas sobrevenidos, sino que ahora salieron a la luz de cara al exterior. Seguramente la leyenda de la eficiencia alemana persistir?. Pesa m?s el mito que la realidad. Pero algo de ello transmitir?n los visitantes de regreso a casa, junto a las buenas vibraciones de un torneo que ha marcado el regreso multitudinario de la afici?n que abarrota estadios y calles, tras las restricciones por la pandemia en la anterior Eurocopa o el Mundial algo an?malo en cuanto a p?blico de Qatar.

Image ID:
104376478
Ilkay Gündogan, capit?n de Alemania, en su partido contra Hungr?a.
AP
/clip/890ef8ef-2f99-4479-8b79-5b14e366435e_source-aspect-ratio_default_0.jpg
2000
1125

El reincidente debate sobre una Mannschaft m?s blanca

Alemania, por lo pronto, vuelve a vibrar con una selecci?n capitaneada por Gündogan, un alem?n de origen turco nacido en el provinciano Gelsenkirchen y ahora jugador del FC Barcelona. A Gündogan se le cuestion? como internacional desde la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), segunda fuerza nacional en las pasadas elecciones europeas. Gündogan es un tipo reservado. No cometer?a imprudencias como las protagonizadas hace a?os por Mesut ?zil, otro hijo inmigrantes nacido en Gelsenkirchen, al posar junto al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, o denunciar racismo en el f?tbol alem?n.



La Mannschaft de Gündogan y de Toni Kroos ha redimido al anfitri?n de las pesadillas de Rusia y Catar, con su eliminaci?n en la fase de grupos. También ha acallado el runr?n por una encuesta difundida por la televisi?n p?blica ARD, seg?n la cual uno de cada cinco alemanes quiere una selecci?n "m?s blanca". No se refer?an a la innovadora camiseta en tonos rosas o viol?ceos que se alterna con la de toda la vida, sino a los or?genes de sus internacionales. Nueve de los jugadores de la Mannschaft tiene ra?ces extranjeras, entre ellos piezas clave como Antonio Rüdiger o Jamal Musiala. La AfD no ha dado m?s lecciones de f?tbol estos d?as. Pero otra eliminaci?n prematura habr?a reactivado sus "reflexiones".



أكثر...