Rozaban ya el punto de ebullici?n las relaciones entre China y Filipinas cuando se ha cruzado un crimen. Pek?n ha exigido a Manila mano dura contra los que la semana pasada secuestraron y asesinaron a un empresario chino y a otro sinoestadounidense. "Exigimos a Filipinas que intensifique sus esfuerzos para investigar el caso, capturar y castigar con severidad a los asesinos tan pronto sea posible", ha pedido la embajada china en Manila.

Los fallecidos, de los que no ha trascendido la identidad, eran altos ejecutivos de farmacéuticas chinas que llegaron juntos a Manila el 20 de junio en viaje de trabajo. Seg?n la informaci?n en medios locales, a?n incompleta y confusa, viajaron por el pa?s en busca de oportunidades de negocio con un tipo que se hab?a presentado como el representante filipino en una conferencia sectorial europea. Fueron secuestrados poco después y en cuatro d?as estaban muertos a pesar de que la familia del chino hab?a pagado tres millones de yuanes (385.000 euros) de rescate.

La embajada china se moviliz? tan pronto supo del caso. Asisti? a los familiares y contact? con el departamento policial filipino que lidia con los secuestros. No ha salido ninguna informaci?n a?n de Manila, lo que subraya la condici?n inflamable de este crimen en un pa?s que los colecciona. El embajador, Huang Xilian, se reuni? ayer con Lucas Bersamin, Secretario Ejecutivo de Filipinas y también presidente de la Comisi?n contra el Crimen Organizado, para afinar la cooperaci?n bilateral en delitos transnacionales de inquietud compartida: secuestros y asesinatos, tr?fico de personas, timos por internet, apuestas ilegales…

Secuestradores entre la polic?a

China se esfuerza en proteger a los extranjeros que acoge y exige lo mismo. Ocurre que ambos pa?ses son polos opuestos en seguridad ciudadana y a Pek?n le irritan los repetidos desmanes que sufren en Filipinas sus nacionales, vistos por los maleantes como v?ctimas confiadas y rentables. El mes pasado fueron secuestrados tres turistas chinos y los autores eran polic?as nacionales.

El pasado a?o fueron secuestrados nueve chinos en su chalé, de los que seis fueron asesinados y dos siguen desaparecidos. La mayor?a de v?ctimas de secuestros, un negocio al alza en Filipinas, son chinos. El tono del comunicado de su embajada en Manila puede denotar su hartazgo por la pr?ctica generalizada, la ineficacia de las autoridades filipinas en el ?ltimo caso o, m?s probablemente, ambos.

La presencia de Washington

Son malas noticias para unas relaciones bilaterales que han pasado por mejores momentos. China y Filipinas han multiplicado sus roces desde que Ferdinand Marcos Jr, el hijo del brutal dictador, alcanz? el poder en Manila y escor? su pol?tica exterior hacia Washington. Sus encontronazos, rutinarios ya en los islotes en disputa, alcanzaron su punto ?lgido la semana pasada cuando guardacostas chinos abordaron una lancha filipina con machetes y cuchillos.

Aquellas crudas im?genes plantearon de nuevo en Filipinas si la virulencia de los ataques chinos justifican ya que Estados Unidos active el acuerdo de defensa militar mutua y tome cartas en el asunto. Su Gobierno, por ahora, apela a la calma y tras aquel incidente mand? una petici?n de di?logo a China por v?as diplom?ticas. Pek?n culpa de sus deterioradas relaciones vecinales a la atosigante presencia de Estados Unidos en el Mar del Sur de China.



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