"La homosexualidad no existe". Ser homosexual implicar un estado de "infelicidad permanente", "frustraci?n, profundo malestar personal, incomprensi?n y dolor". Hay una relaci?n entre la homosexualidad y "un entorno familiar deficiente". "Los padres de homosexuales con frecuencia no tuvieron éxito en propoircionales una relacion lo suficientemente destacada como para propiciar la salida del hijo del universo de la madre".

Son algunas de las frases extra?das del libro que el docente denunciado en Alaquàs y sus subalternos hac?an leer a los j?venes que acud?an al centro Mater Misericordiae para ser sometidos a terapias de conversi?n sexual. El libro se sol?a entregar por correo electr?nico aunque también hay alguna copia f?sica. A grandes rasgos, las ideas de los trabajadores de este centro eran las siguientes: La homosexualidad y los homosexuales no existen. Todo se debe a una "herida" en la infancia provocada por una "madre dominante" y un "padre ausente". El "estilo de vida gay" hace de las personas unas desgraciadas e infelices en todos lo ?mbitos de su vida.

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Contraportada del libro que hac?an leer a los j?venes que acud?an a una terapia de conversi?n en el Mater Misericordiae.
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F.M, el docente denunciado por cinco alumnos por someterles a terapias de conversi?n sexual, era el director de este Centro de Orientaci?n Familiar (COF) Mater Misericordiae en Valencia, y uno de los encargados de las terapias junto a N., voluntario del mismo. Pero no solo eso, F.M expone su corpus de ideas en varios v?deos de Youtube de la Asociaci?n Cat?lica de Maestros, de la que fue presidente 17 a?os. En ellos, denomina a los homosexuales como “personas sensibles” y promociona el itinerario de una agrupaci?n de fe vinculada a la Iglesia cat?lica (aunque no reconocida oficialmente) llamada “Es Posible la Esperanza” (EPE).

Esta organizaci?n predica abiertamente con las terapias de reconversi?n y afirma que se puede “curar la homosexualidad” seg?n denuncia el abogado Sa?l Castro, autor del libro “Ni enfermos ni pecadores: la violencia silenciada de las terapias de conversi?n en Espa?a”.

En el libro no se suele hablar de homosexualidad, sino de Proyecci?n Hacia el Mismo Sexo (PMS) categoriz?ndolo de psicopatolog?a, con sus ra?ces en traumas de la infancia, y con un lenguaje patologizante. Por ejemplo: "el ni?o que est? desarrollando PMS tiende a preferir la compa??a de ni?as". El libro insiste en la "ausencia de una presencia fuerte del padre en el hogar", como causa m?s com?n de la homosexualidad.

Tal y como afirma el docente en uno de los videos de la Asociaci?n Cat?lica de Maestros a la que pertenece, “a la edad de 11 a?os los ni?os que viven una situaci?n demasiado fuerte son condicionados por ella por el resto de su vida”. Por eso elige esta edad para las terapias, en primero de ESO. En los v?deos, F.M augura que aunque sus alumnos le digan “no”, la “semilla de Jes?s” ya est? plantada en ellos para ense?arles el “camino de Dios”.

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Una de las p?ginas del libro que hac?an leer en las terapias de conversi?n sexual.
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Consecuencias psicol?gicas

El “camino de Dios” consisti? en “pesadillas constantes, problemas de salud mental graves, necesidad de ayuda psicol?gica, complejos con la sexualidad…”, lamentan los j?venes en sus testimonios. “Tras recibir la charla con F, aunque solo fue una, la culpabilidad que me hizo sentir provoc? que me encerrara en el armario durante m?s de 5 a?os, de los cuales s?lo recuerdo las pesadillas diarias, el miedo por cruzarlo por los pasillos y la baja autoaceptaci?n y autoestima de un ni?o que dej? de serlo con 11 a?os”, lamenta.

La estancia en la ESO para muchos de ellos estuvo marcada por la disociaci?n. “Mi ?nico objetivo era esconderme y actuar, que nadie supiera quién era yo verdaderamente. Durante a?os intenté justificar mi atracci?n hacia mi mismo sexo como una “confusi?n” o una “desviaci?n”, cosa que nos afirmaba F. cuando nos daba las terapias”, recuerda una de las v?ctimas. “Lo pasé tan mal que muchos recuerdos de esos a?os se me han borrado, mis recuerdos empiezan en tercero de la ESO…”, cuenta otro.

En sus charlas, tanto en la Asociaci?n Cat?lica de Maestros como con los j?venes, F. hace uso de una l?nea de tiempo seg?n la cual, los ni?os deben estar con su madre hasta los tres a?os, y a partir de entonces el padre debe estar m?s presente. "Me explic? que como mi padre no hab?a estado m?s presente en esos a?os de la infancia, yo me hab?a 'desviado'", cuenta una v?ctima.

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Fachada del Centro de Orientaci?n Familiar Mater Misericordiae en València, donde presuntamente se practicaron terapias de conversi?n.
GERM?N CABALLERO
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Categorizar a los alumnos

Seg?n se recoge en los testimonios y en alguna charla del propio F. en el canal de Youtube de la Asociaci?n Cat?lica de Maestros, el docente se encargaba de “categorizar” a los futuros alumnos antes de que comenzara el curso. Estudiaba qué porcentaje de alumnos iban a ser gays y los que ten?an m?s posibilidad de ser homosexuales visibles, para comunicar a los alumnos heterosexuales que “también se estaban descarrilando” que “evitaran juntarse con ellos". "El resto de la clase terminaba huyendo de nosotros y ech?ndonos de los grupos de Whattsap", cuentan las v?ctimas.

Los j?venes piensan que “la mayor?a de los profesores no saben qué es lo que est? sucediendo realmente en el centro” y aseguran que los que inculcan esos valores “son una minor?a, pero se hacen notar”. Una de ellas es I.L, pareja de F. e implicada con él en la doctrina de terapias de EPE, que en 2015 salt? a los peri?dicos por incluir en el contenido lectivo de tercero de ESO un “cuadernillo extra” donde se afirmaba que las parejas homosexuales eran “insalubres” a diferencia de las heterosexuales.

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Fachada del Centro de Orientaci?n Familiar Mater Misericordiae en València, donde presuntamente se practicaron terapias de conversi?n.
GERM?N CABALLERO
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“Esto no es algo nuevo, lleva pasando décadas sosteniéndose en el silencio tanto de las v?ctimas directas como de todos aquellos que conocen lo que pasa ?C?mo es posible que hombres de m?s de 30 a?os hayan sufrido lo mismo que un ni?o de 11 por parte de F. sin que nada se sepa?” lamentan los j?venes.



En su denuncia, los j?venes piden al resto de v?ctimas que rompan el silencio y a las familias del centro que pregunten y les den apoyo. “Es injusto que las v?ctimas tengamos que transitar por sentimientos como la culpa o el temor cuando no hemos hecho nada para merecerlo. No nos hemos equivocado. No somos unos ‘bichos raros’. No obstante, personas como F. M. nos empujan a pensar que lo somos”. Reivindican, por ?ltimo que “la mirada de la sociedad no deber?a fijarse sobre aquellas personas que se atreven a hablar de una vez por todas, sino sobre las que pretenden intervenir en la vida de las personas de todas las edades para adecuarlas a la norma a la fuerza”.



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