En su larga carrera pol?tica, 54 a?os desde que se someti? a su primera elecci?n y 52 desde que lleg? al Senado, Joe Biden no hab?a enfrentado un momento tan cr?tico como el que vive este jueves. Algo que deber?a ser tan rutinario como una rueda de prensa, aunque en el caso del presidente de Estados Unidos durante su mandato hayan sido muy escasas, sobre todo en solitario, se ha convertido en una verdadera prueba de fuego para el dem?crata y para su candidatura a la reelecci?n.

Esa comparecencia ante los medios a las 18.30 horas en Washington (00.30 en Espa?a) puede ser la réplica definitiva en el terremoto que se abri? hace justo dos semanas. Entonces, en su debate con su rival republicano, Donald Trump, Biden tuvo ante 51 millones de espectadores una actuaci?n desastrosa que expuso su envejecimiento. Se desat? el p?nico entre los dem?cratas y se generalizaron las preocupaciones sobre sus capacidades y su estado a los 81 a?os que, desde hac?a ya tiempo, mostraban votantes.

Esta tarde, después de que acabe la cumbre de la OTAN, Biden saldr? a contestar a periodistas que, como han estado demostrando en las rueda de prensa de la portavoz de la Casa Blanca, suman a la labor informativa regular el enfado y la frustraci?n por lo que sienten que ha sido bastante menos que transparencia sobre el estado de Biden.

La ?ltima vez que Biden dio una rueda de prensa similar fue en noviembre del a?o pasado, tras una reuni?n con Xi Jinping, y dur? 20 minutos (la cerr? contestando una ?ltima pregunta en la que llam? "dictador"a Xi). Desde entonces ha dado otras o bien con otros l?deres mundiales, limitadas a cuatro preguntas, o tras hacer una declaraci?n. Eso es lo que sucedi? en febrero, cuando compareci? precisamente después de que el demoledor informe del fiscal especial Robert Hur cuestionara su memoria y capacidad mental. Aunque se defendi? agresivo, también se confundi? al citar al presidente de Egipto diciendo que era de México.

En total, seg?n el proyecto presidencial de la Universidad de California en Santa Barbara, ha dado solo 14 ruedas de prensa en solitario desde que lleg? al Despacho Oval, y solo cuatro desde las legislativas de 2022.

Una crisis que se agrava

La rueda de prensa se produce en el mismo d?a en que se deb?a dictar sentencia contra Trump por su condena penal en Nueva York, algo que ha quedado pospuesto hasta septiembre tras un recurso basado en la decisi?n sobre inmunidad presidencial del Tribunal Supremo. Llega tras 15 d?as explosivos para Biden en los que el dem?crata ha tratado de contener la crisis intensificando su agenda y realizado actos electorales, oficiales y una entrevista con televisi?n, a la que el lunes sumar? otra que tiene previsto grabar con NBC durante un viaje de campa?a a Texas. Pero antes debe superar el examen de la rueda de prensa y lo que podr?a ser un fin de semana decisivo. Porque la crisis se ha agravado en las ?ltimas 24 horas y su posici?n pol?tica se deteriora a ritmo acelerado.

En estas dos semanas Biden se ha enrocado en su decisi?n de seguir, apoyado por la primera dama, Jill Biden, su hijo Hunter y sus asesores m?s cercanos. Se ha mostrado desafiante ante quienes le piden que reconsidere o, directamente, que se retire para evitar lo que creen que puede ser en noviembre una derrota ante Trump que impacte también en carreras a las c?maras y ponga el Congreso en manos de los republicanos.

Biden ha insistido en que lo que se vio en el estudio de CNN en Atlanta fue solo “una mala noche”, un “episodio”, no se?al de que tenga un problema médico. Ha minimizado tanto lo que ocurri? como las preocupaciones disparadas desde entonces o las encuestas, que muestran su ?ndice de popularidad por los suelos y un clamor para que se haga a un lado.

Habla como si fuera el ?nico capaz de ganar a Trump, con un discurso apoyado en la idea de “yo o el caos”, un personalismo que para muchos desvirt?a las denuncias habituales de los dem?cratas a Trump de que pone el interés individual sobre los intereses del partido y del pa?s. Y ha tratado, tras esa largu?sima carrera forjada en plena sinton?a con aparato dem?crata, de enmarcar lo que est? ocurriendo como un esfuerzo por apartarlo de las “élites”.

Aunque a principios de esta semana pareci? frenar la crisis logrando el respaldo de destacados e importantes grupos de congresistas, incluyendo el que aglutina a los negros y a los hispanos, y ha conseguido que otros muchos mantengan de momento silencio o hagan declaraciones ambiguas, ese dique de contenci?n hace aguas, y con brechas cada vez m?s significativas.

Ya hay 11 congresistas dem?cratas que le han pedido abiertamente la retirada. El miércoles dio p?blicamente ese paso Peter Welch, el primer senador que lo hac?a, aunque otros muchos en la C?mara Alta lo han sugerido en privado o con declaraciones donde es dif?cil no leer una llamada a abandonar. Y la ambigüedad también lat?a en unas palabras de Nancy Pelosi, la influyente dem?crata que fue presidenta de la C?mara Baja.

A esas voces, y a directos editoriales de medios y a columnistas y estrategas que le urgen a pasar el testigo, se han sumado grandes donantes. Unos han anunciado que cierran el grifo de las donaciones hasta que haya un nuevo candidato y otros planean redirigirlas a carreras al Congreso. Seg?n cuatro fuentes de la campa?a citadas por NBC, el impacto ya es notable, dr?stico y, en palabras de una de esas fuentes, “un desastre”.

Obama

Una de las puntillas para Biden fue un demoledor art?culo publicado el miércoles por George Clooney, uno de los pesos pesados de Hollywood fundamentales para la recaudaci?n de fondos dem?cratas, que hace tres semanas estuvo con Biden en uno de esos actos. Pero peor a?n para el presidente ha sido la informaci?n de que Clooney envi? el art?culo antes de publicarlo al expresidente Barack Obama, que también estuvo en aquel acto y tras el debate hab?a colgado en X un mensaje respaldando a Biden. Seg?n 'Politico', Obama no asesor? ni anim? a Clooney, pero tampoco objet? a que publicara la pieza.



أكثر...