No solo es Lamine Yamal. También son Victoria Flores, Mohamed E., Stella Alais, Ingrid Borik? y tantos y tantos otros nombres. En la Catalu?a de los 8 millones de habitantes, hay una generaci?n calentando en el banquillo que empieza a pedir paso. Son los rostros de una sociedad compleja y cada vez m?s diversa –de los chavales nacidos entre 2006 y 2015, el 12,4% son extranjeros y el 28,5% de los nacidos aqu? tienen al menos un progenitor de fuera de Espa?a– que protagoniza una revoluci?n demogr?fica desde los barrios populares, al tiempo que surfean una realidad no sin dificultades materiales ni reveses racistas. "A menudo se nos trata como a intrusos, pero nosotros también somos el futuro de Catalunya", sintetiza Victoria Flores, de 19 a?os.

"Los profesores dec?an que no podr?a aprobar el Bachillerato, pero cambié de centro y ahora estudio Psicolog?a"

Victoria Flores. 19 a?os. Estudiante de Psicolog?a





La historia de Victoria, por ejemplo, no le resultar? ajena a ninguno de los chavales de esa nueva realidad bautizada como 'generaci?n Lamine Yamal'. Ella, por ejemplo, lleg? de Venezuela con 12 a?os. Junto al duelo migratorio por dejar atr?s a familia y amistades, se encontr? en una escuela donde las compa?eras la marginaban –"primero jugaban al reto de hablar catal?n todo el d?a y, cuando lo aprend?, se pasaron al inglés"– y el profesorado le dec?a que no cursara Bachillerato porque era "demasiado dif?cil" para ella. Por suerte, acab? cambi?ndose de centro y ahora estudia segundo de Psicolog?a.

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Victoria Flores, venezolana de 19 a?os, estudia Psicolog?a.
JORDI OTIX
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Dificultades escolares

Su relato le resuena sobremanera a Mohamed E., a quien, al poco de llegar, una profesora lo insult? y en Bachillerato, siendo ya el ?nico "no-blanco" de la clase, tuvo que pedir varias veces que le revisaran los ex?menes porque, afirma, le puntuaban a la baja. De hecho, las de Victoria y Mohamed no son vivencias aisladas. A estas alturas, ya empieza a haber una nutrida literatura sobre las dicultades del alumnado de origen migrante.



Por un lado est? la segregaci?n escolar, que Catalunya no logra revertir. Pero luego hay razones m?s finas. Por ejemplo, en el estudio 'Per què hi ha més abandonament escolar entre els joves d'origen estranger?', de la Fundaci? La Caixa, se apunta a que, aunque el 75% de los chavales aspiran a una titulaci?n superior, uno de cada tres sufre abandono temprano por, seg?n los alumnos, la poca confianza que sobre ellos depositan los profesores. Cabe decir que, seg?n otro informe –esta vez de Esade–, cuando se quita de la ecuaci?n el factor socioecon?mico, desaparecen los dos cursos de diferencia que en matem?ticas separaba al alumnado extranjero del aut?ctono en las ?ltimas pruebas PISA.

Racismo cotidiano y estructural

Pero no todo sucede, l?gicamente, dentro del aula. Fuera pasan muchas cosas a la vez y, en ocasiones, de signo opuesto. Por un lado, est? claro que, si los menores de 15 a?os de origen extranjero ya son el 41,7% en su franja de edad, la diversidad aumenta en todos los frentes. "Por supuesto que todos sufrimos comentarios racistas, algunos con envoltorio de broma, pero también creo que los menores de 20 a?os ya hemos crecido con este cambio en marcha y tratamos de llevarnos bien entre todos", apunta Mohamed, de Premià.

"Creo que los menores de 20 a?os ya hemos crecido con la diversidad y tratamos de llevarnos bien entre todos"

Mohamed E. 19 a?os. Futuro estudiante de Antropolog?a





El racismo, no obstante, es a menudo un monstruo insomne que irrumpe con diferentes caras e intensidades. Mohamed, por ejemplo, cuando va en el tren mete sus manos en los bolsillos ante las miradas de alerta que siente a su alrededor. "Es fuerte, pero as? ya ven que no voy a robar nada", dice en alusi?n a esa fabulosa campa?a de difamaci?n que sufren las personas de origen migrante. "Cuando eres marroqu?, sabes que lo que hace uno es como si lo hiciéramos todos". "A mendo sientes que sobras", a?ade Victoria.

Ingrid, que ha acabado segundo de Bachillerato, también cruz? la secundaria entre comentarios que la exotizaban y la sexualizaban por ser afrodescenciente. "Me han tocado sin consentimiento y se han burlado de mi pelo afro, elemento clave en mi identidad, y eso te puede llegar a hundir. También me han dicho frases del tipo 'las negras tienen pinta de ser salvajes en la cama'".

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Stella Alais, polit?loga de 23 a?os y técnica de la Comunalitat La Florida s'aveïna.
EL PERI?DICO
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Acceso a la vida adulta

Por supuesto, el camino tampoco se allana en el traspaso a la vida adulta. "El primer empleo fui a pedirlo a una panader?a y me dijeron que no contrataban a gente negra", explica Stella Alais, de 23 a?os y polit?loga, que habla del "sobreesfuerzo" que tiene hacer una joven como ella, mujer afrodescendiente, "para ser merecedora de conseguir trabajo fuera de los espacios de cuidados que parece que el mercado laboral tiene reservados para ti". También con callo ante el racismo cotidiano, ella se?ala con fuerza el estructural, "como la ley de extranjer?a o las trabas al empadronamiento, tr?mite que da acceso a derechos b?sicos como la sanidad o la educaci?n".

"En secundaria se me ha sexualizado y se han burlado de mi pelo, lo que te avergüenza y te puede hundir"

Ingrid Borik?. Ha acabado Bachillerato





Por todo lo contado, el consenso es que se sienten un poco en tierra de nadie, aunque tienen claro que su futuro est? en Catalun?a. "A pesar de hacernos sentir constantemente intrusos, cuando me preguntan de d?nde me siento, contesto como acto pol?tico que catalana y espa?ola, y que reviente quien reviente", apunta con cierta iron?a Stella.

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Ingrid Borik? Senobua ha acabado el bachillerato.
MANU MITRU
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Desaf?os

Es obvio que los desaf?os para esta generaci?n no son pocos. Andreu Domingo, soci?logo y subdirector del Centre d'Estudis Demogràfics, apunta en tres direcciones. De entrada, "el momento econ?mico, con el crecimiento de las desigualdades, pone en peligro la movilidad social", también la de los j?venes aut?ctonos, que pueden vivir peor que sus progenitores. Luego est? el "peaje" que para la 'generaci?n Lamine Yamal' supone la xenofobia. "Viven una situaci?n ?nica respecto a sus padres y sus congéneres aut?ctonos, con los que comparten expectativas" a pesar de no partir de la misma situaci?n socioecon?mica.

"Adem?s, est? el discurso de la meritocracia, que dice que tu futuro depende de tu talento y no tiene en cuenta todos los prejuicios que pueden frustrar tu aspiraciones". "Sin embargo –a?ade el investigador–, cabe decir que son una generaci?n muy enfocada a mejorar su situaci?n, tanto por ambici?n propia como para responder a las expectativas familiares".



Las chicas y chicos que aparecen en este reportaje son muy conscientes de todo ello. "Parece que nadie quiera ver que la sociedad ya es diferente y que se necesitan cambios, pero tarde o temprano se tendr?n que hacer", dice Ingrid. "Es necesario que lleguemos a espacios de liderazgo y poder para incidir en las pol?ticas p?blicas", reclama Stella. Y en una l?nea parecida tercia Victoria: "En realidad, creo que somos muy necesarios porque aportamos una experiencia y una mirada que ser? vital para gestionar las sociedades complejas y diversas del futuro. Si no has vivido determinadas cosas, ni las ves".



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