Entre virus y rotondas anda liado el Tour. El virus campa entre el pelot?n y provoca retiradas como la de Pello Bilbao, que afrontaba la carrera como un arma cargada de futuro. O como Ion Izagirre que nunca consigue salir en los papeles con la misma intensidad de cuando gana etapas, como la del a?o pasado, o cuando conquist? la Joux Plane para dar una de las ?ltimas victorias al Movistar en tierras francesas antes de que abandonase el barco de Telef?nica.

El Tour trata de acondicionar hasta donde puede las carreteras por las que pasar? la prueba muchas veces llena de obst?culos hasta lo inimaginable; rotonda por aqu?, badenes por ah?, isletas que aparecen en el momento m?s inesperado. Se vio en la entrada de la carrera a Francia cuando hicieron pasar a los corredores entre carriles asfaltados en medio de rotondas que pod?an convertirse en demonios para el pelot?n.

Un detalle para Barcelona 2026

Ese es un detalle que deber? tener en cuenta la organizaci?n barcelonesa de la prueba en dos a?os. El Tour, por seguridad, obliga a realizar cambios en las carreteras, una garant?a que no siempre se acierta pero que, por lo menos, sirve para poner buena voluntad. Est? claro que todo arreglo se debe pagar y por partida doble, porque primero pasan los corredores y luego se debe dejar igual que estaba antes de que circulase la carrera. Y son condicionantes que al final aumentan el presupuesto de la inversi?n tal como le sucedi? al Pa?s Vasco el a?o pasado.

Aqu?, en Francia, las carreteras se dividen en nacionales y departamentales, al margen de las autov?as y las autopistas. Por autov?a, cuando no hay m?s remedio, pasa fugazmente el pelot?n si no hay otra opci?n y siempre minimizando kil?metros. Las autopistas no se tocan, a excepci?n de los traslados y tampoco se cortan al tr?fico por mucha emoci?n que provoque el Tour y mueva gente por todos lados.

Modificaciones con l?mite

Las modificaciones, por eso, tienen un l?mite y no se pueden eliminar isletas como la que provoc? el jueves la ca?da en la que se vio envuelto Primoz Roglic para despedirse del intento de ganar el Tour.

Siempre ha habido ca?das, sobre todo en las etapas iniciales cuando reina el nerviosismo, aunque en este Tour los abandonos parecen estar m?s condicionados por un virus que azota al pelot?n que por los accidentes de carrera.

Los muy puestos en este deporte recordar?n (o si no se les refresca la memoria) que en 2022 hubo una masacre de ciclistas afectados por un virus, que no era covid, y que oblig? a retiradas masivas en carreras como la Par?s-Niza o la Volta. Nadie supo el origen y se justific? la causa al hecho de que cuando todo un grupo de personas pedalea casi toc?ndose, respirando el mismo aire con toses, estornudos y mocos cualquier contagio se acelera.

Delgados, s?lo piel y huesos

Aquellas infecciones desaparecieron cuando el virus se fue a otra parte y ahora, en el Tour, ha vuelto a atosigar al pelot?n. Las pruebas de ant?genos que se realizan descartan el covid, as? que todos atienden a que se trata de otro virus, aunque no esté identificado. Los ciclistas son deportistas, pero su cuerpo es m?s endeble que el de practicantes de otras disciplinas. Est?n tremendamente delgados, s?lo piel y hueso, y apenas protecci?n cuando hay una ca?da y también cuando respiran los virus que campan por las carreteras.

La pr?ctica dice que cuando uno enferma en el Tour dif?cilmente mejora. Apenas se conocen gestas de corredores que se han descolgado el primer d?a. Con el cansancio todo empeora y nadie se alivia. Por eso, mejor apartar a los virus y también evitar en lo posible que los obst?culos creados a buen criterio en Francia para evitar velocidades de circuito entre algunos conductores tumben a los corredores y dejen casi fuera de combate a estrellas como Roglic.



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