Acusaciones, recriminaciones, criticas cada vez m?s personales. El primer debate en televisi?n cara a cara entre los dos candidatos a la sucesi?n de Boris Johnson fue una confrontaci?n de dos visiones opuestas de la pol?tica econ?mica que debe aplicar el pr?ximo primer ministro del Reino Unido. El extitular de Finanzas, Rishi Sunak, atac? la intenci?n de su rival, la ministra de Exteriores, Liz Truss, de bajar inmediatamente los impuestos. “Ha prometido casi 40.000 millones de libras de recorte de impuestos sin fondos, 40.000 millones de deuda. Esa es la tarjeta de crédito del pa?s. Son nuestros hijos y nietos y todo el mundo aqu? los que van a tener que asumir la cuenta”. Sunak advirti? que la medida implicar?a una subida de la inflaci?n y de los tipos de interés, lo que “incrementar?a en miles de libras las hipotecas y contribuir?a a la miseria de millones de personas”. Truss le acus? de haber subido los impuestos a su nivel m?s m?s alto de los ?ltimos 70 a?os y de llevar al pa?s hacia la recesi?n. Defendi? su pol?tica econ?mica, dispuesta, afirm?, a “aprovechar las oportunidades después del brexit” y asest? un golpe bajo a su rival al afirmar que su propuesta “est? en la misma l?nea que la del extitular de finanzas laborista Gordon Brown”.

El debate organizado y televisado en directo por la BBC, cont? con una audiencia en el estudio integrada ?nicamente por afiliados conservadores. El lugar elegido para su celebraci?n fue Stoke-on-Trent, en la regi?n de las Midlands, uno de los lugares tradicionalmente laboristas que los conservadores ganaron por primera vez en la ?ltima elecci?n y que deber?n retener si quieren mantener la mayor?a absoluta que lograron con Johnson. Ninguno de los dos candidatos asest? un golpe decisivo al contrincante. Un sondeo rel?mpago de la firma Opinium situaba a la par sus intervenciones. "Ambos son los arquitectos del descontrol en que est? sumido el pa?s", fue el veredicto del l?der laborista, Keir Starmer.

El traje de 4000 euros

Al margen de la econom?a, en la confrontaci?n se habl? brevemente de las futuras relaciones con China, el conflicto en Ucrania y de Boris Johnson al que Truss defendi?. Los errores que cometi? “no deb?an haberle costado el puesto”, afirm?, un sentimiento que sintoniza con el de miles de militantes furiosos con su marcha de la que culpan a Sunak. La riqueza personal del candidato es otro argumento utilizado en su contra, como si a los conservadores les molestaran ahora los millonarios. En el debate se dedicaron m?s minutos a hablar de la indumentaria de Sunak que del cambio clim?tico. Una figura destacada del equipo de apoyo a Truss, la actual ministra de Cultura, Nadine Dorries, le reproch? hacer campa?a con un traje a la medida de 4.000 euros y unos zapatos de Prada de 500, comparados con los pendientes de 5 euros de la candidata. Hubo tambien reproches entre ambos contendientes sobre las respectivas escuelas en las que hab?an estudiado en la infancia, (privada la de Sunak, p?blica la de Truss) y la posici?n de cada uno durante la campa?a del brexit (Truss defendi? la permanencia en Europa).

Los llamamientos a la moderaci?n en de lo que se ha venido a denominar el enfrentamiento de “azul contra azul” (“blue-on-blue”) han sido en vano. Tanto es el desdén y inquina que reconciliar e integrar en un futuro Gobierno a los dos bandos del partido puede ser imposible.

Porcentaje ?nfimo

Truss parte como favorita destacada en los sondeos y Sunak emple? un tono m?s contundente en sus intervenciones, interrumpiendo repetidamente a su rival, consciente de la urgencia de ganar terreno. En pocos d?as entre 160.00 y 200.000 afiliados al Partido Conservador comenzar?n a votar por correo. Ese porcentaje ?nfimo de ciudadanos, en un pa?s de 67 millones de habitantes, decidir? al pr?ximo primer ministro.



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