53.000 almas se desga?itan en el Camp Nou mientras Lewandowski da toques de bal?n para el respetable y para las c?maras. El coro lo dirige Joan Laporta, exultante y euf?rico micr?fono en mano. Ha logrado lo que, seiscientos kil?metros m?s all?, cre?an imposible: fichar a un Bal?n de Oro, un ‘9’ de los que no quedan. En la Castellana siguen lamiéndose las heridas provocadas por el ‘se queda’ de Mbappé y reconstruyendo el relato bas?ndolo en el ‘seny’ econ?mico de Florentino Pérez y en la presi?n inaguantable de todo un pa?s que ha ‘obligado’ a uno de los mejores jugadores del mundo a continuar en el club-estado. Baja un tel?n y sube otro con las palancas del Barça. Muy previsible.

81.200 espectadores agotan camisetas en la tienda del Barça del estadio, consumen bocadillos y bebidas como en cualquier partido oficial y con su ilusi?n iluminan el Camp Nou en época de restricciones energéticas. El f?tbol es de la gente y el impulso de ciertas decisiones. M?s de dos millones y medio de caja facturados en un torneo de verano son directamente proporcionales a las expectativas que la afici?n culé ha depositado en un nuevo equipo con el que luchar en las grandes batallas. A ellos y a ellas, a los que representados por unos centenares de compromisarios han aprobado activar varios impulsos econ?micos sin saber muy bien el qué, lo que les ‘pone’ es ver una alineaci?n como la que les han preparado entre Laporta, Xavi, su ‘staff’, Mateu Alemany y algunos ‘entes’ a los que miran de reojo y si vienen mal dadas, Dios dir?. La filosof?a del ‘carpe diem’. La apuesta al ‘todo o nada’. La gran jugada que puede ponerles en lo m?s alto o en la bancarrota absoluta.

En los despachos consideran que han hecho los deberes deportivos. Y si la Diosa Fortuna decide que Bernardo Silva complete el sue?o y llegue antes del 31 de agosto, qué m?s da el c?mo. Han abierto el paraguas para lo que les echen desde arriba pero han desviado el foco a los de abajo. A los que tienen que rebajarse la ficha, a los que tienen que asumir que son fondo de armario y a los que tienen que ganarlo todo o, como mal menor, casi todo. Xavi, te toca.

Hay que remontarse a noviembre de 2021 para poner la historia donde toca. Al que fueron a buscar -y no era la primera opci?n pero si el primero en arremangarse-, aceptar las condiciones (que eran ‘heavys’ no, lo siguiente, aunque nadie le obligara) y alentarle a formar parte de una revoluci?n plagada de riesgos. Al otro lado del muro, aquel donde el eterno rival se mueve bien a gusto, le se?alan con el dedo de la ambici?n y le critican haber renunciado a la apuesta por la cantera y el trabajo lento de base en pos de los éxitos r?pidos. El foco est? puesto en Xavi, no en Laporta. Para lo bueno pero, sobre todo, para lo malo. Le han pasado un bal?n tan ilusionante como envenenado. Pero que nadie olvide que est?n jugando con uno de los mejores cerebros que ha parido el f?tbol. Ojo al dato.



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