Catalu?a da el pistoletazo de salida a la campa?a electoral de las elecciones del 12 de mayo con un escenario incierto y con miedo al bloqueo. La inc?gnita sobre si Pedro S?nchez dimitir? tras la investigaci?n judicial a su mujer por tr?fico de influencias ha puesto patas arriba el comienzo de una quincena en la que el ganador del triple duelo electoral entre Salvador Illa, Pere Aragonès y Carles Puigdemont quedar? en manos de la suma de, al menos, otra fuerza pol?tica para gobernar. El orden del podio ser? determinante a la hora de dibujar los pactos posibles, pero todo puede quedar alterado si el presidente decide dejar el cargo el pr?ximo lunes.

Las maniobras en el Congreso, tras la entrada de Junts al cuadrante de pactos con el PSOE, ser?n decisivas en una campa?a que parte con la duda de qué primar?n los catalanes a la hora de elegir su papeleta tras m?s de una década anclados en los bloques que fij? el 'procés'. La gesti?n se abre paso al posible regreso de Puigdemont, pero el debate pol?tico ya no gira en torno a la desconexi?n del Estado, sino en c?mo mejorar el autogobierno y en quién puede sacar m?s partido a las competencias erigiéndose como el mejor gestor al mando de la Generalitat. De ah? que la decisi?n de S?nchez ponga en alerta a todos los cuarteles pol?ticos: puede poner en jaque la amnist?a y dar un vuelco a las previsiones electorales.

La ventaja de Illa

Illa parte en esta carrera con la ventaja de tener pr?cticamente asegurada una victoria, seg?n la demoscopia, pero con la duda de si una mayor?a independentista le dejar? fuera de juego. Su principal reto es, esta vez s?, lograr el control de la Generalitat e inaugurar un nuevo ciclo tras m?s de diez a?os de gobiernos partidarios de la secesi?n. Hay opciones. El PSC da por descontado el apoyo de los Comuns, aunque en Catalu?a ampl?an su distancia program?tica esencialmente en los macroproyectos, yconf?a en que el resultado de la 'desinflamaci?n' del 'procés', ya con el fin de la judicializaci?n, favorezca un acercamiento definitivo con Esquerra en la Generalitat, aunque teme que los republicanos no estén preparados para dar el paso si Puigdemont consigue hacerse con el segundo puesto en el escrutinio.

La competici?n entre ERC y Junts es tan severa como su dependencia, as? que el segundo puesto ser? clave para desencallar la investidura. Los c?lculos abundan, pero lo que m?s inquietud genera en los independentistas es si alcanzar?an la mayor?a, as? que medir?n el tono para evitar que los da?os de los dardos en campa?a impidan una reconciliaci?n en el Govern.**

El papel clave de ERC

Aragonès, escudero de su propia obra de gobierno, es quien atesora m?s pactos y quien puede tener la pieza clave para evitar una repetici?n electoral en oto?o, pero corre el riesgo de quedar atrapado en una campa?a polarizada entre Illa y Puigdemont. Tratar? en estos 15 d?as de rentabilizar el Govern desde la ?ptica del independentismo pragm?tico, pese a la minor?a a la que le aboc? Junts al romperlo en octubre de 2022 y las crisis que le han erosionado en la recta final del mandato: la educaci?n y la sequ?a.

Junts ha dise?ado una campa?a centrada en hurgar en la "falta de liderazgo" del president. Puigdemont plantea su regreso como una restituci?n en el cargo para movilizar a su electorado, pero tiene pendiente desplegar una hoja de servicios m?s all? del flanco independentista. Promete que retomar? el Govern seis a?os después de haberse ido, pero anuncia que si se queda sin opciones desistir? y abandonar? la partida institucional. Presenta el 12M como una ?ltima bala para levantar del sof? a los que se quedaron en casa en 2021 y su regreso a Palau como la ?nica forma de “plantar cara” al Gobierno de S?nchez. La épica la tiene asegurada, pero sus promesas gubernamentales son todav?a difusas y si S?nchez decide dimitir echar? al traste uno de los 'leitmotiv' electorales.

Si el PSC gana, S?nchez podr? defender el triunfo como un aval de los catalanes a la amnist?a ante el PSOE y como un revulsivo de cara a la campa?a electoral europea del 9 de junio ante el PP, pero los pactos postelectorales marcar?n el recorrido de su propio Gobierno si decide continuar al frente de él. La presidencia de Illa le ofrecer?a un gran basti?n ante el mapa auton?mico del PP, pero Junts podr?a dejar de apoyar al PSOE en Madrid y poner en jaque al Ejecutivo. Un escenario que se complicar?a todav?a m?s si S?nchez abandona, porque el precio que pondr?an los independentistas a otro candidato socialista en plena campa?a ser?a mucho m?s caro, aunque a ninguno de los dos actores en cuesti?n le interesen unas generales.

Puigdemont ya advirti? de que si no le favorec?a teniendo opciones, dejar?a caer al presidente, pero lo cierto es que le necesita para mantener el compromiso con la aprobaci?n de la amnist?a y para justificar el volantazo en la estrategia de Junts en Madrid. ERC aguarda, no le interesa romper con el PSOE porque sus dos principales ejes de campa?a -referéndum y financiaci?n- dependen de un pacto con el Ejecutivo central.

El PP de Alberto N??ez Feij?o también est? expectante, no solo a su crecimiento, palanca para llegar a Moncloa, alegan, sino a qué peso otorga el electorado a Junts, con el af?n de tender puentes a largo plazo con la posconvergencia.*

Altas y bajas decisivas en el Parlament

El Parlament que saldr? de estas elecciones se augura fragmentado. El PP conf?a en hacerse con lo que queda del electorado de Cs, que lucha por sobrevivir pese a los malos augurios en el feudo que le vio nacer, y ara?ar al PSC parte de su votante descontento con la amnist?a, benefici?ndose de la palanca movilizadora de Puigdemont, y las encuestas le pronostican un crecimiento exponencial, por delante de la extrema derecha de Vox, que se deshincha tras una legislatura en la que el cord?n sanitario del resto de fuerzas les ha impedido despuntar.

Los Comuns aspiran a salvar los muebles, siendo Catalu?a el principal basti?n para Yolanda D?az tras el pinchazo en Galicia y el Pa?s Vasco, mientras que la CUP, cuyas elecciones le pillan en pleno proceso de redefinici?n, deber?n dilucidar en campa?a si quieren ser fuerza de gobierno o de oposici?n.

La sorpresa de la noche electoral puede ser la xen?foba formaci?n ultra de Aliança Catalana de S?lvia Orriols que compite por un cuarto espacio independentista al que también aspira a optar Alhora, formaci?n liderada por la 'exconsellera' y eurodiputada por Junts, Clara Ponsat?. Su papel puede terminar siendo determinante para decantar la balanza en la presidencia de la Generalitat, pero un paso atr?s de S?nchez puede dar un golpe al tablero de consecuencias impredecibles.



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