La ola de euforia generada por la conquista de la Champions femenina no es un fen?meno circunstancial ni casual. Se abre definitivamente una nueva era en la que el f?tbol de las chicas, en paralelo a sus éxitos deportivos, escala un pelda?o y entra en una nueva dimensi?n social.

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La profunda comuni?n entre Aitana, Alexia y compa??a y la afici?n blaugrana, que acudi? en masa a Bilbao en el mayor desplazamiento de su historia, expresa un sentimiento que va m?s all? de un partido de f?tbol: es el orgullo de sentir que en el f?tbol femenino el Barça vuelve a dar significado al tan erosionado ‘Més que un club’.

Estas inmensas futbolistas no solo han conseguido llegar a lo m?s alto con el estilo de juego de siempre, sino que adem?s lo hacen transmitiendo los valores que el masculino, poco a poco y a lo largo de muchos a?os, ha ido poco a poco olvidando y guardando en un caj?n.

Comparaciones odiosas

Las comparaciones entre las dos secciones son ahora mismo odiosas: una gana un triplete, la otra, nada. Una transmite alegr?a, orgullo, comuni?n y esperanza, la otra desasosiego y tristeza con ratos de vergüenza incluidos. Hoy mismo, y con Messi fuera del club, el gran icono global de la instituci?n no es ning?n jugador del primer equipo masculino, sino la contagiosa alegr?a de Aitana o Alexia, convertidas en el estandarte de lo que quiere expresar el club.

El triunfo del f?tbol femenino es curiosamente un mérito transversal conjunto de las dos ?ltimas juntas directivas. Bartomeu apost? por el femenino cuando nadie cre?a en él y Laporta se dio cuenta, una vez dentro del club, de la importancia que ten?a esta secci?n para el futuro de la entidad: la renovaci?n de Alexia, un asunto peliagudo y potencialmente peligroso, se ha gestionado con discreci?n e inteligencia.

En el femenino no oir?n a Laporta hablar de la tan cacareada herencia: aqu? recibi? un regalo impagable, del que no parec?a muy consciente cuando lleg? a la presidencia, y que parad?jicamente le ha suministrado un valios?simo bal?n de ox?geno en el peor momento posible. En medio de la dolorosa herida provocada por el deplorable adi?s de Xavi en el que Laporta ha perdido por goleada la batalla de la opini?n p?blica, el maravilloso triunfo de las chicas ha acudido al rescate del presidente en particular y de todo el f?tbol masculino en general.

Cierto, la secci?n de f?tbol femenino no puede todav?a aguantar al club econ?micamente, pero sin duda ya lo hace moralmente. ?Se acuerdan de aquellos viejos tiempos de Guardiola y Messi en los que dec?amos que el equipo aguantaba al club? La frase hoy vuelve a ser m?s cierta que nunca, pero por primera vez y al menos durante un tiempo, se trata del femenino, y no del masculino, el que soporta el peso de la instituci?n.

El éxito de las chicas deja también una valiosa lecci?n para todas las familias del club, empe?adas en perpetuar sus in?tiles y cansinas guerras civiles: que a veces igual sale m?s a cuenta poner en valor y aprovechar lo que han hecho los que los han precedido m?s que intentar justificar las negligencias del presente con las desgracias del pasado, el deporte preferido de todas las juntas directivas del Barça.



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