La legislatura queda en suspenso hasta el pr?ximo lunes. La decisi?n de Pedro S?nchez de despejar toda su agenda durante cinco d?as para meditar sobre su renuncia o su continuidad al frente del Gobierno deja abiertos todos los escenarios. Sea cual sea el camino por el que finalmente decida transitar el jefe del Ejecutivo supondr? un vuelco a la legislatura. Un antes y un después. Con o sin S?nchez. Si decide seguir en su cargo, la oposici?n y los socios parlamentarios desconf?an que ser?a sometiéndose a una cuesti?n de confianza, a la que ya lo ha retado Carles Puigdemont. Intentar as? una ratificaci?n parlamentaria de sus apoyos y hoja de ruta. Un blindaje a prueba de resultados electorales, principalmente las catalanas.

La otra opci?n ser?a seguir en La Moncloa tras agitar un debate obligando al resto de fuerzas a posicionarse ‘conmigo o contra m?’. Apuntalar el bloque de investidura frente a la alternativa "trumpista" de PP y Vox. Lo que el l?der de los populares, Alberto N??ez Feij?o, ha tildado de “victimizaci?n” como estrategia para movilizar a los suyos ante el ciclo electoral. Y es que la raz?n esgrimida por S?nchez para “parar y reflexionar” es la “gravedad de los ataques” a su esposa, Bego?a G?mez, tras conocerse este miércoles que un juzgado de Madrid la investiga por tr?fico de influencias.

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Desde Sumar, ERC, Bildu o Podemos brindaron un apoyo cerrado y con empat?a por sufrir “lawfare”, la guerra sucia judicial que los independentistas han denunciado haber padecido. En las filas socialistas, donde la mayor?a dirigentes se reconoc?an en “shock”, el ?rdago de S?nchez ya dej? entrever una inusual cohesi?n con un cierre de filas de los barones m?s cr?ticos, como Emiliano Garc?a-Page y Javier Lamb?n, y hasta el aliento para seguir adelante de José Luis ?balos. En sus casos, defiendo su liderazgo frente a los ataques personales y la estrategia de PP y Vox.

En la carta a la ciudadan?a donde S?nchez traslad? su decisi?n acusa a Alberto N??ez Feij?o y a Santiago Abascal de una “estrategia de acoso y derribo”. En connivencia “junto a una galaxia digital ultraderechista y la organizaci?n Manos Limpias”, quien puso la denuncia que dio lugar a la apertura de diligencias previas. Desde el Gobierno se afanaron durante las horas previas al anuncio en calificar de “denuncia falsa” y “montaje” judicial, desliz?ndose por la pendiente del ‘lawfare’.

S?nchez, por su parte, consider? que la investigaci?n a su mujer carece de fundamento y la enmarc? en el “fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la pol?tica". Ya en la sesi?n de control al Gobierno, S?nchez apunt? que "en un d?a como hoy y después de las noticias que he conocido, a pesar de todo,*sigo creyendo en la justicia de mi pa?s". Fue su respuesta al portavoz de ERC, Gabriel Rufi?n, que le hab?a preguntado si segu?a creyendo en la justicia al entender que ahora el jefe del Ejecutivo estar?a*"sintiendo en sus carnes la guerra sucia”.

Renuncie o no, de lo que no hay duda es de que el ?rdago de S?nchez ha reconfirmado apoyos, cohesionado al partido de cara a las pr?ximas citas electorales y resituado el debate en el mismo punto que lo llev? a mantenerse en Moncloa en las elecciones generales. La dicotom?a entre democracia y retroceso, entre pol?tica ?til y “fango”.

Presi?n para seguir adelante

Si la decisi?n de S?nchez pasa por renunciar, los escenarios que se abren son los de proponer a otro candidato a la investidura a abrir una fase de transici?n hasta que se puedan convocar elecciones. Esto es, el pr?ximo 23 de julio. Las*Cortes Generales no pueden disolverse antes del 29 de mayo*-un a?o después de la anterior disoluci?n- y, desde entonces, deben transcurrir 54 d?as hasta la celebraci?n de las elecciones.

En cualquiera de ambos casos, los que el n?cleo duro del presidente y buena parte de los dirigentes territoriales quieren evitar, la vicesecretaria general y vicepresidenta primera es la mejor situada para el relevo. Una transici?n sin la agitaci?n interna que implicar?a abrir un proceso de este tipo tras perder el Gobierno y con la garant?a que S?nchez no tendr?a de otro modo para conducir su sucesi?n. Al menos temporalmente.

Las presiones para no seguir estos dos caminos se dejaron ya sentir la pasada noche, tanto en declaraciones p?blicas de dirigentes como en la reuni?n que se produjo en el Palacio de La Moncloa. “Aguantar?, por supuesto que s?. Es una decisi?n absolutamente personal, pero esa carta que manda a los ciudadanos de este pa?s para que lo lean y hagan una reflexi?n cr?tica, invita a la reflexi?n”, apuntaba la presidenta de Navarra, Mar?a Chivite. El “estamos contigo” y los ?nimos para no desfallecer ante las “l?neas rojas” traspasadas por PP y Vox centraron la mayor?a de mensajes de p?blicos de ministros y dirigentes.

Impulso o sucesi?n tranquila

Los principales colaboradores de Pedro S?nchez se desplazaron al Palacio de La Moncloa antes de que el presidente del Gobierno anunciase su intenci?n de cancelar su agenda para reflexionar sobre su continuidad. Como ya ocurri? cuando tom? la decisi?n de adelantar las elecciones generales, en este c?nclave estuvieron presentes la vicepresidenta primera y vicesecretaria general del PSOE, Mar?a Jes?s Montero, el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bola?os, su jefe de gabinete, ?scar L?pez y el secretario de Organizaci?n del PSOE, Santos Cerd?n.

La mayor?a de las fuentes socialistas consultadas tras el anuncio reconoc?an que esta ma?ana nadie pod?a imaginarse este giro de guion, pero quienes estuvieron con el presidente del Gobierno durante su breve estancia en el Congreso para la sesi?n de control coincid?an en que an?micamente estaba tocado. “Destrozado”, seg?n otras fuentes. "Llegados a este punto, la pregunta que leg?timamente me hago es*?merece la pena todo esto?*Sinceramente, no lo sé. Este ataque no tiene precedentes, es tan grave y tan burdo que necesito parar y reflexionar con mi esposa", relataba luego en su carta.

S?nchez, un dirigente con una trayectoria inveros?mil y bregado en mil batallas, apenas hab?a exteriorizado con anterioridad s?ntomas de flaqueza. En los pr?ximos d?as se ver? si trata de un punto de inflexi?n en su biograf?a pol?tica, para coger impulso como cuando fue obligado a dimitir de la secretar?a general y luego se recompuso para recuperarla, o un punto y final pensando en una sucesi?n tranquila.



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