El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de un a?o y nueve meses de prisi?n e inhabilitaci?n a un agente de polic?a que bes? a una detenida sin su consentimiento mientras estaba ebrio, lo que, en este caso, se ha considerado una atenuante. Seg?n explica la Sala de lo Penal del Alto Tribunal, ese "beso robado", que implica por su naturaleza que no existe un "consentimiento expreso" por parte de quien lo recibe", est? considerado "en la actualidad" como "una agresi?n sexual".

"La clave est? en el consentimiento", insiste el Supremo sobre un caso que recuerda al que tiene abierto en estos momentos Luis Rubiales por su beso no consentido a Jenni Hermoso tras la final del Mundial de f?tbol del verano pasado.

Dentro de la documentaci?n del caso, que ya hab?a pasado antes por la Audiencia Provincial de Sevilla y por el Tribunal Superior de Justicia de Andaluc?a, Ceuta y Melilla, se explica que, en la Noche de Reyes de 2020, la v?ctima, que carec?a de antecedentes penales, se dispon?a a ser trasladada al juzgado en un furg?n por dos agentes de polic?a.

Uno de ellos, el que posteriormente intentar?a besarla en dos ocasiones y que hab?a llegado bebido al turno de tarde, aprovech? el "fuerte estado de ansiedad" de la mujer para preguntarle si, una vez que terminara su vista en el juzgado, querr?a salir con él "a tomar unas ca?as".

Esto, que le "gener? temor y desasosiego" dado el momento en que se produjo, se vio acrecentado después, cuando fue conducida por el agente a una sala separada y sin esposar. All?, le envi? mensajes en trocitos de papel y la agasaj? durante las horas de espera. En un momento dado, le pidi? un abrazo, a lo que ella se neg?, pero él se acerc?, le bes? en la mejilla y luego intent? darle otro beso en los labios que ella consigui? esquivar.

La clave es el consentimiento

El Tribunal Supremo vuelve a dejar claro en esta sentencia que no cabe un contacto corporal entre dos personas si no existe consentimiento por parte de ambas, y que, adem?s, no es necesario que exista un 'no' expl?cito para que lo sucedido sea considerado agresi?n sexual.

"La clave est? en el consentimiento, al punto de que si este no ha concurrido ha habido agresi?n sexual", zanja el Alto Tribunal. Respecto al caso concreto, la Sala de lo Penal explica que tanto el beso como el intento de beso posterior suponen "una intromisi?n en la libertad sexual de una persona que se encontraba en un medio hostil por desconocido, concurriendo el ?nimo tendencial o prop?sito de obtener una satisfacci?n sexual a costa de otro".



En este sentido, adem?s, la justicia recuerda que "en modo alguno un agente policial puede acercarse a una detenida y darle un beso aprovechando su situaci?n y la especial vulnerabilidad en la que se encuentra".



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