Llega un d?a en la vida de todo ni?o en el que su habitual cacofon?a de s?labas sin sentido, el conocido balbuceo, da paso, casi a modo de peque?o milagro, a la pronunciaci?n de una primera palabra reconocible.

Entre los 13 y los 18 meses, los ni?os comienzan a comprender y a emplear palabras que nombran objetos cotidianos, acciones frecuentes y personas significativas para ellos. Empiezan a reconocer las partes del cuerpo y giran la cabeza en torno suyo cuando alguien pregunta d?nde est? algo.

No obstante, en el momento de la aparici?n de las primeras palabras, as? como en la elaboraci?n de las primeras frases, los ni?os muestran una gran variabilidad. Esto ha hecho que no sea sencillo para algunas familias informarse de cu?ndo deben preocuparse ante un retraso en la adquisici?n de este vocabulario temprano. Trataremos de arrojar un poco de luz.

Hablantes tard?os

Definimos como hablantes tard?os a aquellos ni?os que, ya a los 24 meses, producen menos de 50 palabras o no emiten oraciones de dos o m?s elementos. Hay que aclarar que la etiqueta “hablante tard?o” no es un diagn?stico. Es un término que sirve para describir a este grupo de ni?os, cuya prevalencia se estima cercana al 13% de la poblaci?n. No se recomienda el uso del término cuando hay discapacidad intelectual, da?o neurol?gico, pérdida auditiva o ausencia de intenci?n comunicativa.

Algunos de estos hablantes tard?os acabar?n presentando un problema grave y persistente para producir y comprender el lenguaje. Se trata del denominado trastorno del desarrollo del lenguaje, que afecta en torno al 7% de la poblaci?n y que implica problemas heterogéneos relacionados, por ejemplo, con la adquisici?n del vocabulario o con la capacidad de usar y comprender frases complejas.

Sin embargo, en esto encontramos también una gran variabilidad. Algunos estudios se?alan que muchos de estos hablantes tard?os, de hecho, no acabar?n presentando problemas cl?nicamente significativos en el desarrollo del lenguaje.

Llegados a este punto cabe preguntarse lo siguiente: ?deben los hablantes tard?os recibir atenci?n profesional por parte de un especialista en lenguaje? Hay debate al respecto, pero algunos investigadores son taxativos al afirmar que s?. Dan razones como las siguientes:

• Incluso aquellos hablantes tard?os que no tengan problemas cl?nicamente significativos en el desarrollo del lenguaje tendr?n, llegada la adolescencia, un vocabulario m?s pobre que el de sus iguales. Recibir una estimulaci?n del lenguaje temprana y bien fundamentada puede ayudar a los ni?os tratar de cerrar esas futuras brechas.
• El porcentaje de los hablantes tard?os que s? tendr? problemas futuros en el desarrollo del lenguaje estar? abord?ndolos de esta manera de forma temprana. Esto permite a los profesionales actuar lo antes posible ante un problema que tiene un fuerte impacto en el desarrollo personal académico y personal de estos ni?os.

Banderas rojas: ?cu?ndo consultar a un especialista?

M?s all? de los hablantes tard?os, algunos estudios han tratado de crear un consenso entre los especialistas acerca de cu?les son las 'banderas rojas' a las que familias y cuidadores deben estar atentos en el desarrollo del lenguaje, el habla y la comunicaci?n en los primeros a?os. Entendemos por banderas rojas aquellos aspectos que, de ser observados, deben derivar en la b?squeda de una atenci?n profesional especializada. Se trata de indicadores de extrema gravedad, que bajo ning?n concepto deber?an ignorarse o asarse por alto.

Entre los 12 y los 23 meses, que el ni?o presente ausencia de balbuceo o que no reaccione a cambios en el entorno como, por ejemplo, est?mulos sonoros, es un motivo para buscar ayuda profesional que tiene un alto consenso entre los expertos.

M?s tarde, entre los 24 y los 35 meses, el hecho de que los ni?os no hayan emitido a?n sus primeras palabras, la ausencia de interacciones con el entorno, la falta de intenci?n comunicativa o la falta de reacci?n ante el lenguaje emitido por otros son las banderas rojas que debemos reconocer.

Finalmente, entre los 36 y los 48 meses, que el habla sea ininteligible para los propios familiares o cuidadores, los problemas en la comprensi?n de oraciones simples o que los ni?os no elaboren frases sencillas son algunas de las banderas rojas a tener en cuenta.

Estas banderas rojas son enormemente conservadoras, es decir, recopilan indicadores muy graves y extremos. Es posible encontrar otros problemas m?s sutiles o con una gravedad menor que hagan recomendable pedir apoyo especializado. No obstante, estos indicadores pueden ayudar a familias y a profesionales a la hora de saber qué indicadores revisten una mayor gravedad.

Qué hacer para apoyar el desarrollo del lenguaje

Existen toda una serie de pr?cticas bien fundamentadas que, implementadas por familias y cuidadores, pueden ser de utilidad para favorecer el desarrollo del lenguaje y el habla en los primeros a?os.

Por ejemplo, entre los 13 y los 18 meses es recomendable leer cuentos a los ni?os de forma diaria. Es una buena idea usar libros con im?genes grandes y pocas palabras. Adem?s de la lectura de cuentos, es recomendable describir a los ni?os las acciones cotidianas que se realizan (lo que hacemos, lo que vemos, lo que sentimos, etc.) o hablar de los sonidos que encontramos en el entorno, como los que producen animales (la vaca hace “mu”) o los objetos (la moto hace /r/).

Creencias falsas

Como en otros ?mbitos hay toda una serie de mitos que pueden desviar nuestra atenci?n de lo importante y hacernos perder un tiempo precioso. Estos suelen aparecer incluso entre los profesionales que trabajan como especialistas en lenguaje.

El primer mito tiene que ver con el bilingüismo. Y es que no hay evidencia de que exponer al ni?o a tantos idiomas como el adulto maneje sea malo para el desarrollo del lenguaje de los ni?os y ni?as. De hecho, parece recomendable que los familiares y cuidadores hablen a los ni?os peque?os en todos aquellos idiomas que usen adecuadamente.

El segundo es el que ha se?alado, err?neamente, que los ni?os que nacen en segundo lugar tienen un lenguaje m?s pobre que sus hermanos mayores. No parece haber datos que apoyen esta afirmaci?n.

Es necesario, por tanto, alejarse de estas falsas creencias y recordar lo que s? sabemos. La aparici?n del lenguaje muestra una cierta variabilidad. Por tanto, es esperable que no todos los ni?os produzcan las primeras palabras al mismo tiempo. No obstante, hay ciertos indicadores que conviene conocer para que, en caso de necesitarlo, podamos recibir la ayuda de un profesional especializado.




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