Llego de Madrid con la maleta cargada de trastos y de mal humor a partes iguales. Mira que llevo a?os en este negocio -a m? también me gusta y me pagan por ello, como a Guardiola- pero a?n tengo capacidad de sorpresa y también de ponerme de los nervios. La semana que nos precede ha sido un drama. Siempre hablando en el plano futbol?stico-culer, ya me entienden.

Ni los peores augurios presagiaban tal c?mulo de desgracias. Y lo digo por la cuota que sum? el Barça Femen?, ?rbol al que abrazar y clavo ardiendo al que agarrarse, que no logr? revertir el mal fario de la monta?a de Montjuïc. Aqu? dejo escrito que no me cabe la menor duda que las jugadoras de Gir?ldez revertir?n la situaci?n este s?bado y volveremos a viajar en comuni?n blaugrana a Bilbao. Ellas s? que est?n en semifinales de una Champions League y ellas s? que tienen ese ADN ganador y rabioso que parece exclusivo de una secci?n, la de f?tbol masculino, del club dominante de la capital. Ellas, s?.

Vuelvo a mi maleta y a esta Diada de Sant Jordi que me pilla en el puente aéreo y entre rosas y libros, algunos de los cuales me resuenan. Sé que los he le?do pero vuelven al top 10, como si no fuéramos capaces de revertir el pasado y nos recre?ramos en los ?ltimos a?os del siglo XX. Si es por m?sica y autores literarios, que vivan los 80. Si es por imagen y gesti?n de un club de f?tbol, que vivan la revoluci?n y la evoluci?n.

Arrastro la maleta por el andén de la l?nea 5 porque mi primer objetivo del d?a 23 de abril es no sufrir atascos y, el segundo, respirar positividad entre flores y libros tras una semana ‘horribilis’. No me ha ayudado el mensaje institucional del presidente Laporta, muy mejorable en la forma y cuestionable en el fondo. Comparto con él la rabia ante la mala praxis arbitral que, un partido m?s, perjudic? al Barça. Pero aprovecharlo para desviar el foco de la realidad m?s tozuda, me parece antiguo y superficial.

A d?a de hoy, la temporada del primer equipo masculino se cierra en blanco a nivel de t?tulos pero con unos brotes verdes protagonizados por jugadores de La Mas?a que son el desfibrilador de una afici?n sufridora y resignada. La misma que tiene la sensaci?n de haber le?do antes este libro con otra portada y el lomo duro. Los malos son los de siempre y los buenos, pocos y perdedores. Si a ello sumamos, y no menos importante, la mala salud econ?mica del protagonista azulgrana, el desenlace parece escrito antes de empezar el borrador.

En este presente del FC Barcelona, las dudas sobre el futuro de Xavi escribir?n un nuevo cap?tulo en las pr?ximas horas. El entrenador culé parece m?s cerca de la continuidad a?n cuando en el momento de escribir estas l?neas no hab?a decidido nada. No me olvido de lo mal que lo ha pasado como entrenador de este club. As? lo ha verbalizado. As? se ha desgastado.

A estas alturas, las garant?as y las notas de fin de curso ya est?n sobre la mesa. No hay mucho m?s ni tampoco menos. La clave est? en bajar a la tierra, olvidarse de los malos de fuera y trabajar con los buenos de dentro con planificaci?n, humildad y realismo. Es un libro sin muchas pretensiones pero auténtico. Y nuestro. ?ste s? que me lo compro.



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