'La Bestia' viste de ciclista y nadie puede con él. Ni aun llam?ndose Tadej Pogacar se logra destrozar a un ciclista nacido para las cl?sicas, casi creado para el Tour de Flandes, de nombre Mathieu van der Poel, hijo y nieto de corredores... y de los buenos. Pogacar lleg? a territorio flamenco sin conocer las colinas arrugadas por los adoquines y con desniveles cortos pero propios de la monta?a. Fue a Bélgica el doble vencedor del Tour para aprender, y hasta para enfadarse cuando de forma casi infantil perdi? al menos la segunda plaza de la carrera que ten?a asegurada. Pero corri? para engrandecer la prueba.
Dec?an los flamencos que la Vuelta a Flandes de 2022 no ser?a la misma sin Wout van Aert, positivo por un covid que se resiste a alejarse definitivamente de la humanidad, algo as? como un bar sin cerveza, una paella sin arroz o un circuito de automovilismo sin coches a la vista. Pero Van der Poel le puso la salsa, el condimento o la bebida suficiente para demostrar que hoy en d?a, él y no otro, es el 'Le?n de Flandes'; dos victorias y una segunda posici?n en estos tres ?ltimos a?os; una victoria pensando en ganar dentro de 15 d?as el gran 'monumento' francés de los adoquines, la Par?s-Roubaix, donde seguramente ya se cruzar? con su eterno enemigo Van Aert.
Quer?a Pogacar convertirse en el tercer vencedor del Tour que ganaba en Flandes tras Louison Bobet y Eddy Merckx. Y al menos demostr? lo que vio todo el mundo. ?l era el m?s fuerte de la carrera y hasta quiz?, con un sector extra de adoquines y colinas, habr?a podido tumbar a Van der Poel. Aprovech? los pasos por Kwaremont y Paterberg para apretar, para impulsar la bicicleta con ese estilo tan suyo que ya se ha visto en los Alpes o en los Pirineos. Quiz? le falto dureza y quiz? le sobr? que hubiese otro ciclista tan bueno como él, y hasta superior en este terreno, que se llama Van der Poel, para seguir y mejorar los pasos de su padre Adrie, ganador en Flandes (1986) y para que su abuelo Poulidor se sintiese orgulloso de él, siempre presente en el ciclismo, aunque ya solo sea un recuerdo.
PILADOS EN LA META
Cuando parec?a que el triunfo era cosa de dos, Van der Poel y Pogacar se marcaron tan de cerca, como si estuviesen en un vel?dromo, que los que vinieron por detr?s los cazaron. Van der Poel, sin embargo, ten?a la situaci?n controlada. Tadej, no... y de tener la segunda plaza en el bolsillo acab? cuarto superado por Dylan van Baarle (doblete neerlandés) y Valentin Madouas. Pero el fen?meno esloveno ya hab?a engrandecido el Tour de Flandes o mejor dicho hab?a vuelto a realzar el ciclismo.
Y no pudo haber mejor remate que la carrera femenina, engrandecida por el acierto de que ellas corriesen después de ellos con el p?blico situado en las cunetas, miles de personas, en el a?o en el que la organizaci?n igual? premios; los mismos para los hombres que para las mujeres; 20.000 euros para el primer clasificado sin importar el sexo.
As? que, Lotte Kopecky, vistiendo el 'maillot' de campeona de Bélgica, el mismo que lleva Van Aert, fue la m?s r?pida en el esprint final para provocar el delirio entre sus compatriotas. Y en el apartado femenino sucedi? algo parecido a lo vivido en la prueba masculina, quien ejerci? de l?der de la carrera no gan?. Annemiek van Vleuten, la ciclista del Movistar, vencedora en 2021, tuvo que conformarse con la segunda plaza de la prueba.
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