Si en teor?a los besos y abrazos son buenos, ?c?mo explicamos a un ni?o que a veces no?

A los ni?os realmente no habr?a que explicarles nada porque est?n perfectamente conectados con lo que les apetece y con lo que no, con sus emociones. Somos los adultos los que estamos desconectados de nuestras emociones y nos guiamos por c?mo nos educaron a nosotros. Nos dec?an: "Hay que dar un beso a la vecina, un abrazo a los abuelos, no te enfades..." Y por eso tenemos la duda de si nuestros hijos sabr?n que son buenos pero no tienen que darlos si no les apetece. Adem?s, los besos y abrazos que dan porque quieren son mucho m?s bonitos.

?Qué ocurre si les obligamos?

En primer lugar, cuando no les apetece, no se sienten bien. Cuando la obligaci?n es repetida a lo largo del*tiempo, acaban desconectando de lo que quieren de verdad por la educaci?n recibida. Al llegar a la adolescencia y jugar a la botella, por poner un ejemplo, a lo mejor a tu hija no le apetecer? pero tiene que quedar bien con los dem?s. En ese momento de la vida lo importante es el grupo, los amigos, por lo que no sabe si puede defender o no lo que realmente le apetece. Y cuando vaya a la discoteca y le metan mano por debajo de la falda, a lo mejor no act?a contundentemente porque de peque?a le tocaban el pelo u otras partes del cuerpo sin pedirle permiso, como si los ni?os fuesen propiedad de la sociedad.

Entonces hay que ense?ar el "no es no" desde la cuna.

Es recomendable empezar con la educaci?n sexual desde que el ni?o aprende las partes del cuerpo, que normalmente es sobre los 18 meses. Desde el principio hay que llamar a los genitales por su nombre, vulva y pene, nada de cotorrita y pilila.

?Por qué?

Porque de este modo le muestras que sus partes ?ntimas tienen un nombre, como los ojos y las orejas, y que no es nada vergonzoso, sino otra parte m?s del cuerpo de la que se puede hablar en casa. Si ponemos otros apelativos, parece que cuesta hablar de ello, que lo escondemos o lo abordamos desde un punto de vista distinto. Los ni?os lo notan. Y cuando sepan que mam? y pap? tienen sexo, porque lo sabr?n, si no les hablas con naturalidad de ello, si no lo normalizas, pensar?n que es algo que se tiene que ocultar. Poco a poco hay que ir introduciéndolo, siempre adaptado a su edad.

El monstruo Achuchones dice a la ni?a: "Si te regalo un juguete, ?me dar?s un abrazo?" ?Es dif?cil no caer en el chantaje emocional?

Me parec?a muy importante que este tema estuviese en el cuento porque es un reflejo de lo que hace la sociedad. Ocurre muy a menudo en la familia, aunque también con los vecinos o amigos, adem?s de las amenazas en toda regla cuando les dicen "si no me das un beso..." En cuanto a los chantajes ofreciendo algo que el ni?o quiere mucho, es posible que a cambio consigas un abrazo o lo que sea. Sin embargo, cuando al final se acostumbra a que le chantajeen con el cuerpo, acaba viéndolo normal y no le saltar?n las alarmas si un hombre en un parque le ofrece un caramelo a cambio de un beso. Seguramente piensa, "si lo hago con mi abuelo..." Pero puede que con el desconocido la historia acabe mal. Y en la adolescencia, con gente de la misma edad, lo mismo, tal como muestran esas pel?culas totalmente t?xicas que est?n muy de moda, como la de 'A través de mi ventana', basada en un libro y en la que un chico le dice a una chica que est? sola en un bosque: "Si no me das un beso, no te llevo en coche". Al final se acostumbran a este tipo de chantajes y los ven normales.

Muchos padres dan el m?vil al bebé en lugar de abrazos.

Pese a que lo que m?s necesita un ni?o para un buen desarrollo es la interacci?n humana. Aprenden de nosotros y del tiempo de calidad que les damos. Las pantallas tienen un mont?n de consecuencias, sobre todo los tres primeros a?os de vida. Y a partir de esa edad también es muy perjudicial que estén m?s de una hora al d?a con ellas. Afectan al lenguaje, la capacidad de atenci?n, la agresividad, la autorregulaci?n de las emociones, la obesidad, la miop?a e incluso cuando dibujan, porque lo hacen con menos detalles y muy b?sicos, seg?n un estudio. Realmente los ni?os lo que m?s quieren es estar con nosotros, por lo que si miran pantallas, lo mejor es hacerlo en familia y comentando lo que estamos viendo.

?Le llaman exagerada cuando explica todos estos consejos?

Siempre hay alguien para quien te quedas corta y otras personas que te consideran una exagerada. La conclusi?n que saco como madre y lo que recomiendo es aplicar lo que creas que est? bien. Solo si te sientes bien contigo misma y lo que haces, estar?s tranquila, si sientes que no est?s siendo demasiado estricta ni muy laxa, diga lo que diga el resto. La familia y allegados terminar?n entendiéndolo, aunque al principio no compartan tu manera de criar. Y si no lo entienden, es su problema.

Volviendo a la prevenci?n de abusos infantiles, ?qué consejos da a los padres?

Lo primero, hablar en casa sobre educaci?n sexual con normalidad, adapt?ndonos a cada edad, y as? cuando tengan dudas o problemas, nos lo contar?n. Y si ocurre esto, aunque no sea bueno, no hay que re?ir sin saber por qué ha sucedido. Por ejemplo, si cuenta que ha hecho pip? en el patio del colegio y no ha ido al ba?o, hay que averiguar el motivo. Si simplemente le rega?as, la pr?xima vez no te lo contar?. Hay que preguntarle, intentar buscar una soluci?n, que sienta que est?s intentando ayudarle.

Impactan los datos de la parte final del libro, dirigida a los padres, donde se dice entre otras cosas que el 80% de los abusadores forma parte del entorno de confianza. ?C?mo

El abusador casi siempre es un hombre, pero no existe un perfil psicol?gico determinado. Algunas pistas que nos tendr?an que hacer sospechar pueden ser cuando un ni?o no quiere estar con alguien concreto, tiene problemas para dormir, pesadillas, ansiedad por separaci?n de los padres, comienza a hacer posturas sexuales que no son propias de su edad y hablar de sexo de forma adulta o se vuelve a hacer pis en la cama.



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