La cumbre de Vladimir Putiny Kim Jong-un en Pionyang ha sacudido el avispero asi?tico y amenaza con repercutir en otros conflictos globales. De Rusia y Corea del Norte, los dos gobiernos que aglutinan m?s sanciones de Occidente, se esperaban vaporosos compromisos para una creciente cooperaci?n, declaraciones de solidaridad y cr?ticas al orden capitaneado por Washington. Las expectativas se materializaron en un acuerdo de defensa mutua y la posibilidad del intercambio de armamento. Eran previsibles los lamentos de Se?l, Washington y Tokio.

La pen?sula coreana es la afectada m?s inmediata. El gobierno surcoreano ha convocado esta ma?ana al embajador ruso, Georgy Zinoviev, para exigir que Mosc? detenga de inmediato la cooperaci?n militar con Pionyang, cumpla con las resoluciones de la ONU y act?e con la responsabilidad de ser miembro del Consejo de Seguridad. Putin ha intentado tranquilizar a Corea del Sur repitiendo que el acuerdo no va dirigido contra ning?n pa?s en concreto y descartando que sus vecinos del norte planeen su invasi?n. Pero en el sur genera inquietud que la gran potencia militar rusa se al?e con el gobierno que peri?dicamente la amenaza con envolverle en mares de fuego y con el que sigue en estado de guerra ya que el armisticio de 1953 nunca fue corroborado por un tratado de paz.

El director de Seguridad Nacional, Chang Ho-jin, ya hab?a adelantado ayer que consideraba ahora enviar armas a Ucrania,en contra de su postura actual aunque aclar? que esperar? a escuchar las explicaciones de Mosc?. Corea del Sur ha suscrito las sanciones contra Mosc? y enviado equipamiento no letal a Ucrania pero sigue una admirable pol?tica de no armar a pa?ses en guerra.

Su implicaci?n hasta ahora se ha reducido a enviar cargamentos de municiones a Estados Unidos para reemplazar las que esta hab?a mandado a Ucrania. Corea del Sur es una potencia econ?mica asi?tica que lleva décadas arm?ndose contra la amenaza del norte. Los expertos sugieren que su Ejército cuenta con enormes reservas de obuses que prestar?an una ayuda inestimable a Kiev. Es improbable que Se?l, muy liada ya con Pionyang, abra otro frente. Putin, durante su viaje a Hanoi, le advirti? de que ser?a “un error muy grande” que provocar?a represalias.

Inquietud en EEUU

La entrada de Rusia en la pen?nsula abrir?a otro foco de tensi?n con Estados Unidos. Washington cuenta desde el final de la guerra de Corea con decenas de miles de tropas en el pa?s, donde practica maniobras peri?dicas conjuntas (algunas con el declarado objetivo de derrocar a Kim Jong-un) frente a las costas norcoreanas y, en caso de guerra, tomar?a el mando también de las tropas del sur. El acuerdo de esta semana, globalmente se?alado como una amenaza de desequilibrio, también puede entenderse como cierto reequilibrio.

Putin ha justificado la nueva alianza con la presunta presencia de la OTAN en Asia. “Ya se est? moviendo a Asia como una plaza permanente de residencia. Esto, por supuesto, crea una amenaza a los pa?ses de la regi?n, Rusia incluida. Estamos obligados a responder y lo haremos”, ha afirmado. Lo cierto es que, a pesar de que la OTAN no est? presente en Asia, Rusia y China se han mostrado preocupados por ciertos movimientos como la participaci?n de Corea del Sur y Jap?n como invitados en la cumbre de Madrid del pasado a?o o el anuncio de su primera oficina en el continente, prevista en Tokio, que fue finalmente cancelada.

“Los que arman a Ucrania piensan que no est?n luchando contra nosotros pero también nosotros nos reservamos el derecho de mandar armas a otros sitios del mundo”, ha razonado Putin. “No lo descarto”, ha aclarado si eso incluye Corea del Norte.

Esa posibilidad es “incre?blemente preocupante”, ha respondido hoy el Departamento de Estado. “Podr?a desestabilizar la pen?nsula coreana y, en funci?n de qué armas son, violar?a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU”, ha continuado. El secretario de Estado, Antony Blinken, ha calificado el acuerdo de una “seria amenaza” contra la que su pa?s se plantea tomar “varias medidas” que no ha concretado.



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