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ãäÊÏíÇÊ ÝæÑ íæ ÇáÞÓã ÇáÑÆíÓí food and agriculture news Mart?n Caparr?s publica ‘Vidas de J.M.’: "Es dif?cil crear un personaje tan da?ino y
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Su historia comienza con él arrodillado, el culo bien levantado y la cabeza y los brazos apoyados en una silla,*preparado para recibir una de las muchas palizas que le da su padre*con un cintur?n de cuero. Cuando termine, lo dejar? encerrado, sin cenar, y en ese tiempo solo y a oscuras, el chico rubito imaginar? venganzas y so?ar? que mata a su padre. Pero el tiempo del rencor solo acaba de empezar. Su madre le obligar? a comer bife con puré durante a?os, se reir?n de él en el colegio y le llamar?n Mentira, por sus piernas cortas, so?ar? con ser portero “y ganar guita a lo loco y cogerme todo lo que quiera”, pero le echar?n del equipo cuando falle uno de esos goles imposibles de fallar. Le pedir? a su padre que le compre un perro y él le dir? que se lo pida a los Reyes Magos a ver si con suerte le traen uno embalsamado. Le mirar? las tetas a su madre mientras se desviste y se meter? en la cama de su hermana Karola para acariciarla y revolcarse con ella durante la noche. Ser? el bater?a de una banda de rock y querr? que le llamen P?jaro, pero el alias se quedar? en Paja, y har? honor a su nombre art?stico porque coger con chicas, la verdad es que coger? poco. Probar? la coca?na y le gustar? bastante y alguien le preguntar? qué quiere ser en realidad, y él contestar? que*quiere ser tantos que ni su vieja va a saber quién es,*y que no entiende por qué las personas creen que tienen que ser una sola.

?l, dice, no caer? en esa trampa y ser? muchos: tendr? un perro llamado Sans?n o varias réplicas suyas cuando muera, ser? un hombre casado o un soltero frustrado, ser? estudiante universitario o jugador de f?tbol. Ser?, tal vez, el due?o de una flotilla de taxis, un indigente, el due?o de un despacho especializado en evasi?n fiscal o un extorsionador profesional de inmigrantes ilegales.*Querr? dinamitar el Estado, ser? un mis?gino vocacional, tal vez un tertuliano a los gritos en televisi?n o, incluso, aspirante a presidente de Argentina.

Casi todo es posible para Julio Méndez, protagonista de*Vidas de J.M., la*nueva novela del escritor argentino Mart?n Caparr?s, una novela experimental, digital e interactiva, tan fragmentaria y juguetona como aquella colecci?n de libros juveniles llamada*Elige tu propia aventura. Aqu?, la aventura la vive, adem?s del lector,*un personaje que se nutre e inspira claramente en el presidente argentino Javier Milei, lo que convierte este libro en un acontecimiento literario con carga pol?tica. La novela se publica este lunes, alojada en la revista*Anfibia,*publicaci?n digital de referencia de la cr?nica y el ensayo period?stico argentino y latinoamericano*a la que Caparr?s ha donado los derechos del libro para ayudar a reconstruir su sede, arrasada tras sufrir un incendio el pasado mes de marzo. El precio por descarga es de dos mil quinientos pesos, unos dos euros al cambio, aunque existe la posibilidad de aumentar la donaci?n a cuatro mil.*Vidas de J.M.*es una novela que son muchas, en la que*el lector ir? recorriendo un camino distinto seg?n los links que elija cliquear. Tras una primera parte en la que Caparr?s explora la infancia y adolescencia de J.M., su vida adulta se abre en tres posibles itinerarios y cada uno de ellos, en varios finales posibles. “Nadie leer? el mismo libro”, dice el autor, “pero ‘elegir’ es una palabra enga?osa: al cliquear un link, el lector no sabe ad?nde va”.

Hace mucho que ten?a ganas de experimentar con una novela interactiva”, explica Mart?n Caparr?s a este diario, “porque es muy curioso que, pese a todos los cambios técnicos que ha habido en las ?ltimas décadas, seguimos escribiendo novelas como si la ?nica opci?n fuera el papel. Me sorprenden los pocos intentos que hacemos para ver qué se puede hacer con estas nuevas formas técnicas”. Caparr?s, afincado en Madrid desde hace a?os, admite que a finales de 2023 decidi? “probar dos o tres historias, pero esos d?as estaba demasiado obsesionado con lo que estaba pasando en Argentina con las elecciones y el triunfo de Milei, y en alg?n momento se ve que puse en contacto mis dos obsesiones del momento: por un lado, la escritura de una novela interactiva y por otro, todo aquel desastre. Entonces se me ocurri? esta idea de armar un personaje que quiz?s pudiera, si acaso, con muchos reparos, hacer pensar en un se?or que parece que ahora gobierna Argentina”.

Lo har? en*cap?tulos tan cortos como una*story*de Instagram o un v?deo de TikTok*en los que utilizar? el mon?logo interior, la tercera persona y un humor salvaje y corrosivo. Y ese Julio Méndez que tanto recuerda a Javier Milei ser? un tipo enormemente resentido, al que nadie toma en serio y del que muchos se burlan, educado por los curas, con un padre maltratador y muy poco éxito con las mujeres, a excepci?n de su hermana. Ser? un ap?stol del libre mercado y del desmantelamiento de Estado. Ser?, en el fondo, un pobre diablo, un tipo al que todo le sale mal pero no es su culpa, dir?, “es este pa?s de mierda, carajo, que cuando querés hacer algo bien siempre te castiga. Ac? los ?nicos que prosperan son los chorros y los hijos de puta. Hasta que no aparezca un hombre fuerte que se los coja a todos, que ponga orden y arme un pa?s en serio… Pero qué va a aparecer, si ni para eso tenemos los huevos que hacen falta”.

Un Milei "no tan repugnante"

Dice Caparr?s a*El Peri?dico de Espa?a, de Prensa ibérica,*que “el problema es que este personaje es infinitamente menos da?ino y repugnante que Milei porque*era imposible crear un personaje que fuera tan repugnante y tan da?ino como el presidente de la Argentina. Entonces, casi se podr?a pensar que esto es como una especie de, no sé c?mo decirlo, de gran mejora o lavado de cara del se?or Milei. Obviamente, usé mucho de su figura para armar a J.M., a Julio Méndez, pero todo el tiempo me chocaba con el hecho de que las cosas que Milei hace o dice son tan desagradables que es dif?cil inventar un personaje que haga todo eso. Mi personaje siempre se quedaba por debajo, era como un Milei casi bueno”.

—Su personaje es bastante despreciable…

—S?, pero no tanto como él.

“La idea era crear un personaje que pudiera ayudar a algunos a entender a ese otro personaje inveros?mil que ahora gobierna la Argentina”, dice Caparr?s, que también deposita esa elecci?n en manos del lector: “Si quieres entenderlo, quiz?s te ayude a entenderlo. Si quieres despreciarlo, quiz?s te ayude a despreciarlo. Si quieres re?rte de él, quiz?s te ayude a re?rte de él. Pero yo (con la escritura) no traté de comprender nada, no traté de entenderlo.*Lo ?nico que me falta ahora es tratar de entender a Milei”, dice, “pero ojal? esta novela funcione en el sentido de plantar cara o de mostrar ciertas caras, de poner en evidencia qué es lo que hay en la Casa de Gobierno y en la Argentina en general, que estamos gobernados por un desquiciado resentido y lo m?s notorio es que es el representante de un pa?s que debe estar muy resentido y un poco desquiciado”.

"Nunca pensé que la Argentina fuera un pa?s donde una mayor?a de personas pudieran elegir para que los gobernara, para que los representara, a semejante esperpento"Mart?n Caparr?s", escritor y periodista argentino







“Mi madre y mi hijo viven en Argentina. Tengo dos hermanas y hermanos que siguen all?”, dice Caparr?s, “soy muy argentino y un poco espa?ol, y me da mucha vergüenza, por un lado, desesperanza por otro y, sobre todo, extra?eza. Nunca pensé que la Argentina fuera un pa?s donde una mayor?a de personas pudieran elegir para que los gobernara, para que los representara, a semejante esperpento. Eso es lo que me impresiona. Y mi sensaci?n, todo el tiempo, en estos ?ltimos meses, es que me equivoqué al pensar c?mo era mi pa?s,*un pa?s que eligi? a este se?or es un pa?s que yo no conozco, que yo no entiendo”.

A lo largo de toda la novela y sus bifurcaciones, el autor jugar? con la ambigüedad y acercar? por momentos su Julio Méndez al Javier Milei real para luego alejarlo o distorsionarlo, como si estuviera construyendo muchos Milei posibles cuyas vidas terminan justo en ese momento en el que el azar tal vez le lleve a querer dedicarse a la pol?tica y ganar las elecciones. “S?, en uno de los finales él piensa en la posibilidad de ser candidato a presidente”, explica Caparr?s, “pero justamente lo que all? se dice es que no puede serlo porque hay un presidente en ese momento que se llama Javier Milei y tiene que esperar para presentarse, aunque quiz?s no tenga que esperar tanto porque lo est? haciendo tan mal que a saber cu?nto dura. Es uno de los temas que m?s gracia me hace porque ah? est? claro que este se?or no es Javier Milei, es como una manera de re?rse con el lector de todo lo que el lector y yo hemos pensado durante el resto del recorrido. La novela est? llena de esas cositas. Y, de todas maneras, lo que también me interesa de esta estructura es esta idea de*c?mo peque?os azares o peque?as necesidades pueden hacer que la vida de cada uno sea radicalmente distinta de lo que podr?a haber sido”.

?C?mo cree que le ir? a su pa?s en el futuro? “Creo que la enorme ventaja que tiene Milei para sostenerse es que*no hay ninguna alternativa, porque aquello que por el momento aparece como alternativa son aquellos partidos que llevaron a Argentina al desastre que permiti? su elecci?n. Eso es, en este momento, todav?a su gran sostén, y mientras no se construya alguna alternativa viable en Argentina, y eso no parece estar sucediendo, es probable que tengan que soportar a este se?or”, dice Caparr?s, que estos d?as ?ltima también su pr?ximo libro, que publicar? en octubre con el t?tulo de*Antes que nada, “un libro que nunca pensé que iba a escribir y que son mis memorias atravesadas por la enfermedad”.

“Caparr?s juega con las reglas del enemigo"

Al periodista*Cristian Alarc?n, ganador del*Premio Alfaguara*con su novela*El tercer para?so*y director de la revista*Anfibia, le sorprende de*Vidas de J.M.*“la potencia del artefacto, c?mo el genio creativo de Caparr?s logra construirlo a partir de cuatro o cinco supuestos rasgos de car?cter*de un presidente tan polémico, singular, t?xico y da?ino como Javier Milei, y lo hace estallar en las vidas de un Julio Méndez que por momentos adquiere una verosimilitud extraordinaria”. Alarc?n, como Caparr?s, también se pregunta “hasta qué punto este personaje, Julio Méndez, no es, peligrosamente, una versi?n mejorada del presidente argentino y hasta d?nde hablar de su excentricidad”. El director de*Anfibia*recuerda que se hicieron las mismas preguntas cuando publicaron*Sin control, un podcast sobre Milei, antes de que ganara las elecciones, que acumula m?s de un mill?n de escuchas: “Hablar de su relaci?n con los perros muertos, el modo en que fue se?alado por un supuesto dios para ser presidente, la particular?sima relaci?n que tiene con su hermana, a la que convierte en la mujer m?s poderosa de la Argentina, el modo de agresi?n ps?quica que ocupa permanentemente para con los enemigos que elige, el modo en que elige a sus enemigos… Todo eso da la sensaci?n de que no hace otra cosa que aumentar su popularidad y consagrarlo como el l?der pol?tico de ultraderecha que muchos est?n esperando y necesitan”.

Sin embargo, el periodista cree que esa duda “tampoco puede frenarnos en la producci?n intelectual, porque si yo me tengo que poner a pensar que la escritura de una novela tiene que ver con el éxito o el fracaso de un proyecto pol?tico, estoy perdido como editor, como lector y como creador”. Sobre si la ficci?n tiene una capacidad para oponerse y enfrentarse a la realidad de la que carece el periodismo, Alarc?n confiesa que*desconf?a “plenamente de que los artefactos art?sticos transformen el mundo o tengan ese deber, cada vez desconf?o m?s de las posiciones que apelan a una*politicidad*de la obra de arte*per se. Eso no desmiente la condici?n pol?tica de todo lo que producimos art?sticamente, pero me aburre soberanamente la idea de un compromiso por el cual el artista tiene el deber de hacer lo que la puta sociedad no hace. No siento que Mart?n Caparr?s y yo tengamos ese deber y no me preocupa si con la novela algunos nos acusan de que Milei gobernar? los pr?ximos ocho a?os”.

"Lo que queda por analizar de los discursos de la pol?tica ultra en todo el mundo es su car?cter inventivo, bizarro y siempre en el l?mite de lo veros?mil. Ideas simples y sencillas que calan tan profundo que no se vuelven a olvidar", Cristian Alarc?n, escritor y periodista, director de la revista 'Anfibia'







Alarc?n cree que tras la publicaci?n de*Vidas de J.M.*este lunes se dibujan dos escenarios: “Uno, que Milei siga negando, pint?ndonos al ?leo, como decimos en Argentina, todas las investigaciones que*Anfibia*ha publicado desde que surgi? como l?der pol?tico hasta ahora. Anfibia se ocupa de analizar la ultraderecha y quiz?s fue el primer medio que lo hizo hace ocho a?os con un perfil de*Agust?n Laje, un joven fil?sofo que es ?ntimo de Javier Milei. Ese texto produjo una avalancha de visitas y una polémica en el interior del progresismo, que nos acus? de darle prensa al enemigo. Con este postulado, el de*darle prensa al enemigo, el periodismo le fue dando la espalda a la novedad enorme que se estaba gestando y que no es de ayer. La popularidad de este sujeto tiene por lo menos diez a?os”. La segunda opci?n, prevé el periodista, es que haya “una acci?n coordinada de quienes lo sustentan para manchar, perjudicar o acusarnos, vaya a saber de qué, a nosotros como editores y Mart?n como autor. Pero no me preocupa”.

La clave, cree Cristian Alarc?n, y no es el ?nico, est? en “la narrativa que disputamos” y lo que queda “por analizar de la construcci?n de los discursos de la pol?tica ultra en todo el mundo es su car?cter inventivo, su car?cter eminentemente creador, bizarro y siempre en el l?mite de lo veros?mil. Ideas simples y sencillas que calan tan profundo que no se vuelven a olvidar. Esta extraordinaria capacidad de las ultraderechas las vuelve cada vez m?s poderosas y las izquierdas no hacen otra cosa que complejizar su discurso y alejarse de la posibilidad de ser comprendidas por la mayor?a. Cuando aparece un Mart?n Caparr?s capaz de trascender el af?n de la comprensi?n y dice aqu? no hay nada para comprender, aqu? hay algo para inventar, creo que est? jugando, y quiz?s sea uno de los primeros, con las reglas del enemigo. Vamos a ver el efecto que produce. Pero a m? me produce una cierta fantas?a”.



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