Chinaha regresado esta semana a un pasado bochornoso. Tan indignados como estupefactos est?n los chinos tras enterarse de que el aceite para cocinar ha sido sistem?ticamente transportado en condiciones insalubres y peligrosas. La seguridad alimentaria es uno de los mayores logros del pa?s de las ?ltimas décadas y este esc?ndalo por cap?tulos ha postrado a la poblaci?n en el div?n.

Las revelaciones llegaron en el diario estatal 'Beijing News'. Sus reporteros siguieron a un cami?n cargado de combustible desde Ningxia, en la punta occidental, hasta Hebei, en la oriental. El camionero confiesa que no puede regresar de vac?o y llena sus cisternas de aceite de soja sin el aconsejable tr?mite del lavado.

El medio apostilla que la pr?ctica es “un secreto a voces” en la industria. Han sido ya se?alados el gigante estatal Sinograin y el conglomerado privado Hopefull Grain. Se desconoce a qué supermercados lleg? ese aceite pero es palpable la aversi?n de los consumidores frente a las estanter?as. Algunas de las marcas se?aladas han desaparecido de las plataformas de venta online.

Ausencia de inspecciones

En el ojo del hurac?n est? el competitivo sector transportista que, con beneficios exiguos en un contexto de desaceleraci?n econ?mica, considera excesivos los 50 euros que cuesta limpiar una cisterna. La pulsi?n por recortar gastos se ha confabulado con la ol?mpica ausencia de las inspecciones exigidas por la ley.

El asunto monopoliza las redes sociales y la prensa. Ese aceite puede causar v?mitos, n?useas y diarrea e incluso da?os serios en el h?gado y ri?ones, ha alertado un experto en un medio oficial. La prensa evita los pa?os calientes. La televisi?n p?blica habla de “envenenamiento” y de “desprecio absoluto por la vida y salud del consumidor”.

El Diario del 'Pueblo', principal altavoz del Gobierno, exigi? mano dura a los reguladores y descart? el "derecho al silencio" en cuestiones de salud p?blica. Lo ?nico rescatable del asunto, apuntan los internautas, es esa nueva vena fiscalizadora de la prensa china que la acerca a la occidental. No fueron las autoridades sino el 'Beijing News', un diario con la sana costumbre de explorar los l?mites, el que destap? el esc?ndalo.

Investigaci?n

A la cabeza de la campa?a se ha colocado Pek?n, apenas unos d?as antes del tercer plenario del partido, y con la exigencia de convencer a sus ciudadanos de que cuida de ellos. El Gobierno m?s paternalista del mundo ha prometido investigaciones pormenorizadas y castigos inclementes. Laseguridad alimentaria es una de sus pol?ticas capitales. El presidente, Xi Jinping, aclar? en uno de sus primeros discursos que garantizarla era "una prueba relevante" de la eficacia gubernamental. Sin ella, remach?, sus capacidades "quedar?an en entredicho".

Xi hered? un partido en dificultades serias. No son los derechos humanos los que desvelan a los chinos, por m?s que se empe?e la prensa occidental, sino asuntos m?s prosaicos como la contaminaci?n, la corrupci?n, los altos precios de la vivienda y la seguridad alimentaria. Y a ninguno de ellos hab?a dado respuestas el partido en los ?ltimos a?os. La problem?tica era compleja en la ?ltima: faltaba seguridad, higiene y honradez.

Antibi?ticos cancer?genos

Apenas una década atr?s no confiaban los consumidores en ning?n producto porque los esc?ndalos los hab?an cubierto a todos: pescado con antibi?ticos cancer?genos, huevos con tinte industrial, sand?as que estallaban por el exceso de qu?micos, licor falso que dej? ciegos y muertos,pollo que pasaba por vaca…

Normalmente los padec?an las capas bajas, por la misma raz?n que el aceite de colza no mat? a ricos en Espa?a, pero algunas excepciones democr?ticas también castigaron a la mimada clase media. En las v?speras ol?mpicas de 2008 qued? colmado el vaso: la leche contaminada con melanina mat? a seis ni?os y enferm? a 300.000. Aquello persiste en la psique china. Muchos a?n viajan a Hong Kong para aprovisionarse de leche infantil o piden a los extranjeros alg?n paquete cuando regresan a China.

Un a?o después aprob? Pek?n su Ley Alimentaria y miles de regulaciones para ordenar aquella jungla. Parec?a China a salvo de sobresaltos serios hasta que los reporteros del 'Beijing News' siguieron la semana pasada a un camionero.



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